Estética de la intemperie: lecturas y acción en el espacio público

Estéticas de la Intemperie 20 El esclavo representa una fuerza política que los romanos tuvieron que tomar en cuenta. La 3ª Guerra Servil con Espartaco a la cabeza los obligó a movilizar cientos de miles de legionarios para mitigar la revuelta. La destrucción fue tan importante que el Estado nunca se recuperó totalmente a nivel económico y el terror a un nuevo estallido obligó a cambiar las prácticas hacia ellas y ellos (esclavos). No es casual que la inmensa mayoría de los nuevos ciudadanos romanos fueran esclavos libertos apenas cien años después de esta guerra. Tampoco lo es, según Patterson, que Augusto haya identificado su genius (espíritu viviente) con los Lares, formando una trinidad divina, el Lares Augusti. ‘La idea del “genio” empieza por el pater-familias , que al engendrar hijos se convierte en cabeza de familia. Se aísla su carácter esencial y se le atribuye una existencia espiritual aparte (...) Así, como un eslabón en ese misterioso encadenamiento de hijo-padre-hijo-padre (...) Una cadena de misterioso poder une la familia de generación en generación. A su“genio”se debe que él, un hombre de carne y hueso, pueda ser un eslabón en esa cadena invisible’. 9 La concordancia entre este vínculo espacial que implica la privatización del espacio público (la casa del Emperador) y la unión con un grupo social que se encuentra en la transición hacia la ciudadanía (adquisición de derechos civiles y protección amplia del Estado), no puede hacer olvidar el carácter de peligro que entraña el grupo de los extranjeros, los nuevos habitantes de Roma. La aristocracia romana conquistó el mundo, pero en su camino la noche se fue apoderando de sus ciudades, como nos lo muestra Séneca en la epístola 7 del libro I de las Epístolas Morales a Lucilio. La multitud se apropió de todo y el emperador, de quién él fue preceptor y consejero, se convirtió en uno de los más amados por ella: Nerón. El mismo a quien se atribuye (socarronamente) la quema de Roma. Los romanos sabían que el control de la oscuridad, de la destrucción que asciende desde el inframundo pasaba por manejar el poder implícito en el propio crecimiento 9 Barrow, R.H. Op. Cit. Pág. 20.

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