Reanimación cardiopulmonar del adulto

La posición del reanimador es importante para una técnica adecuada, además de disminuir el desgaste físico y la incomodidad. Se recomienda colocarse a un costado y por sobre el paciente, que debe estar acostado (decúbito dorsal), completamente horizontal, si es en el piso, arrodillándose al lado; si es en camilla, elevarse usando un escabel o una silla, para tener las rodillas a la altura del plano del paciente. En esa posición, se ubican las manos sobre el pecho del paciente, con el talón de una mano en la mitad inferior del esternón, y la otra mano encima para localizar lo más posible el área de compresión. Los brazos deben estar extendidos y perpendiculares al eje horizontal del paciente. Se debe comprimir usando el peso del cuerpo, fuerte y rápido, con una profundidad de 5 centímetros y una frecuencia de 100-120 compresiones por minuto, permitiendo una reexpansión completa del tórax después de cada compresión. Las compresiones torácicas adecuadamente realizadas generan alrededor del 25% al 33% del gasto cardíaco normal, mínimo suficiente para mantener la presión de perfusión coronaria, y eventualmente el riego sanguíneo del cerebro. Las compresiones con menor profundidad o frecuencia que la recomendada disminuyen la eyección de volumen sanguíneo. Compresiones a más de 120 ciclos por minuto limitan el período de llene pasivo del corazón, con sangre venosa, y también 64 REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR DEL ADULTO (RCP)

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