Reanimación cardiopulmonar del adulto

cardiaco y shock distributivo); insuficiencia respiratoria (trauma torácico y distrés respiratorio o hemoneumotórax grave); o, al deterioro grave de la función encefálica (traumatismo encéfalo craneano). También se pueden incluir intoxicaciones, electrocuciones, asfixias, hipo e hipertermia. Entre las causas no traumáticas o “condiciones médicas”, se destaca la enfermedad coronaria (especialmente el infarto agudo del miocardio). En el listado se incluyen cardiopatías de distinta naturaleza (miocardiopatías, enfermedades valvulares, endocarditis infecciosa, síndromes generadores de arritmias graves), enfermedades cardiorrespiratorias graves (edema pulmonar agudo, tromboembolismo pulmonar), enfermedades respiratorias (neumonía, crisis asmática, exacerbación de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), y alteraciones metabólicas (de glicemia, electrolitos o estado ácido base), entre otras. El equipo de reanimación avanzada siempre debe reconocer dirigidamente ciertas causas de paro con un sentido práctico, lo que quiere decir, aquellas causas o mecanismos de paro que son frecuentes y tratables durante la misma reanimación, tales como taquiarritmias ventriculares (con desfibrilación), hipovolemia (con aporte de volumen endovenoso), hipoxemia (con manejo de vía aérea, ventilación y oxígeno), entre otras. 43 REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR DEL ADULTO (RCP) SECCIÓN 01

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