Reanimación cardiopulmonar del adulto
torácicas. Para aportar flujos altos, por requerimientos de hipovolemia, por ejemplo, en un paciente accidentado y con hemorragia, es ideal tener acceso venoso rápido, con un catéter corto y grueso. Con dos vías venosas periféricas de poca longitud y el mayor diámetro posible, debe ser suficiente. El equipo debe comprender que la canulación venosa en esta situación de estrés y con dificultades técnicas requiere a la persona más capacitada para realizarlo y de más tiempo que el habitual. Ante la imposibilidad de tener una vía venosa en un adulto con PCR se utiliza como alternativa la vía ósea, generalmente a nivel pretibial, como medida de urgencia, dado que permite un acceso a un plexo venoso no colapsable, y la administración de fluidos y fármacos es comparable a la vía venosa. Se coloca en la tibia, requiere de una aguja y trocar especiales, y una técnica específica. Es una medida temporal hasta que se consiga la vía venosa. La vía endotraqueal es una opción con fármacos solubles en lípidos (adrenalina, lidocaína, atropina, naloxona) que se absorben por la tráquea. Se sugiere usar dosis de dos a dos y media veces la dosis para uso endovenoso y disolver en 5-10 ml de agua estéril o suero fisiológico. Se inyecta directamente en el tubo traqueal, seguido de cinco ventilaciones consecutivas. 116 REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR DEL ADULTO (RCP)
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