Calle... y acontecimiento

2 Afuera, lo que se aleja hacia nin una par e es el intermi– nable trazo que deja un automóvil en su pa"o nocturno. D pronto es el inquietante sonido de una imprenta en la m drugada... la persistencia del timbre de un teléfono que nadie va a conL st r. t..a noche invariablemente se deja intervenir también por pequeño sonido que se escabullen de las ventanas, ruidos que son una seña de lo que si rnpr d bi ra permanecer oculto. Hay afu ·ra una sp sa masa de residuos sonoros : la intensidad de una fr cucncia, ci r a vibración sobreexcitada en el aire que carraspea en lo qu pudo s r una voz -la de cualquiera- que se quebró en lo mist rioso d un dolor si mpre inad rtido que pasa y desaparece aJ fondo de la call . H bJamo lo que está ahí como una sorda percu síón d sh ci ·ndos en el rumor ya inaudible de una ciudad ; aunque nunca t nnine d d saparecer. De pronto es cosa de aguzar el oído n una no he para palpar ese sonido de anónima desaparición ... ( el brillo d un micrófono ambiental podría registrar el zumbido de lo que no deja de rebotar y que no siempre e el crujido de los cables o el grano de alguna interferencia), Hay también müsica cuyo acontecimiento n la intimidad de una habitación -hay decenas de lla simult.aneamente cualquier noche- que siempre quedará rebotando n lo privado de u enci rro pues las calles sólo logran recibir lo opaco de lo cos qu d man ra indeseada se filtran a través de las vibracion s d lo muros y la mal ensambladas protecciones 14

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