Archivo: diálogos iniciales

169 amor se da sin esperar un pago. Yo no quiero “pagarte” pues ese término no viene al caso. Yo quiero amarte pues para eso está la felicidad. Yo siempre he pensado que es mucho más terrible dejar de querer a alguien que el hecho de que a uno lo dejen de querer. Un hombre que no ama no es feliz. Si yo he logrado sobreponerme a las circunstancias que he vivido, ha sido por el amor que hay en mí por ti. Tu amor me hace feliz en la medida en que me siento capaz de corresponderlo. Y soy feliz porque soy capaz de corresponder tu maravilloso amor. Aminta, perdona que haya sido tan distraído al no haberte hecho saber de mis reacciones por lo que viene en las encomiendas. En una carta te dije que lo mas rico de las encomiendas son tus cartas. Eso no significa que las cosas que me has mandado no me gustan. Todo es muy rico y no me cabe en la cabeza como puede haber entre nosotros un retardado que se queje de la calidad de la fruta. El pan de Pascua de tu mamá estaba delicioso y se lo agradezco de todo corazón. Nunca encontraré palabras para agradecer lo que tus padres han hecho por nosotros. La mermelada que me mandaste la comimos entre los ocho que vivimos en la casa. Todos hicieron saber su agradecimiento por lo rica que estaba. Todo lo que llega a la casa lo compartimos en un “Fondo Común”. Esto es posible gracias a la calidad de la gente que vive conmigo. El egoísmo está desterrado de esta casa. Todo se comparte, las cosas, el trabajo, etc. Amor, en cuanto al futuro quiero decirte que estés tranquila. El futuro es nuestro, porque somos la juventud del mundo. No olvides nunca eso. Nuestra hija crecerá y será feliz junto a sus padres. Nuestro amor por ella la protegerá siempre. Ten confianza mi amor, fe, esperanza y pienso que “No hay mal que por bien no venga.” Dile a la Cecilia que no comprendo porque no pololea hace cuatro meses. Debe ser muy fácil pololear con Toque de Queda. Verónica Troncoso | Paulina Soto

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