Archivo: diálogos iniciales
167 Verónica Troncoso | Paulina Soto Muestra de archivo Relato / Querida Aminta: Hoy he recibido una encomienda y una carta tuya con fecha 22 de enero de 1974 También venía una carta de Cecilia muy simpática. Mi amor, de tu carta se desprende, en primer lugar que la escribiste con rabia. No sé si contra mí, pero en tus líneas se nota tu estado de ánimo un tanto alterado. Yo siento tu amor en la distancia. Es algo que me acompaña todo el día y que por las noches me hace soñar. Justamente ayer, cuando recibí la noticia de la llegada de nuestra hijita, yo la había tenido en sueños en la noche en que desperté sobresaltado en dos oportunidades. Cuando tomábamos desayuno, yo le dije a mis compañeros de casa que ese sueño me hacía presentir que algo grande había pasado. Se rieron mucho y me decían en buena, si acaso tenía facultades extrasensoriales y si acaso podría decir que pasaría con cada uno de nosotros. Yo le dije que presentía que tú habías dado a luz. Grande fue la sorpresa que tuvimos todos, cuando mas o menos a las 15 hrs. llegó el capellán a nuestra casa trayendo la noticia. Inclusive, para abundar en coincidencias, yo estaba escribiendo una carta, que te llevó la Sra. de Ipinza, en que te decía, que estaba a la espera de la noticia. No había terminado de escribir las líneas cuando llegó la noticia. Te diré que presiento que la llegada de mi hija es un buen presagio para nosotros. Mi amor yo siento tu amor y sé que nada me pides. Eso es amor verdadero y lo valoro. No me juzgues con mis intenciones de pagarte con mi amor. Sé muy bien que el amor no es un trueque de objetos. El verdadero
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=