Archivo: diálogos iniciales
155 estrato supratemporal y Lenin custodiara su incorruptible eternidad desde un espacio inmaterial. Pola muestra la caja de perfume “Flaño” que usaba Lenin y donde guardaba sus recuerdos de Rusia, de cuando estudiaban juntos Economía en la Universidad de los Pueblos Unidos Patricio Lumumba. Contiene objetos pequeños como chapitas, monedas rusas, colleras, lápices, una boquilla para fumar, una bandera de Stalin... Después rememora otros objetos que quemaron días después del 73 porque eran peligrosos. Su diplomas de universidad, cartas y fotografías. En ese tiempo, en que Lenin trabajaba en la clandestinidad, no andaba con nada personal, sólo su reloj. Incluso tenía un carnet falso con el nombre de Leonel, porque llamarse Lenin no era nada bueno en ese tiempo. A ella le molestó cuando también se tuvo que sacar la argolla, pero a pesar de que él también lo sentía, le pareció que era conveniente. En un armario, Apolonia guarda una maleta con la ropa y los zapatos de Lenin. 6 También en el closet hay una colección de vinilos que era una de las cosas más preciadas para Lenin en su vida. Pola dice que no los ha vuelto a escuchar. La colección incluye todo tipo de música: disco, hippie, rusa y el primer disco de la Unidad Popular: La rebelión, venceremos, el pueblo unido, resistencia . Pola además posee un álbum fotográfico que le entregó la madre de Lenin cuando viajó a Vallenar a verla con su hija Lorena, nueve meses después de la desaparición de Lenin. Su suegra se había enterado de la detención de su hijo por radio Moscú. Cuando fueron a verla decidieron ir a Huasco y estando las tres en la playa, la niña de dos años señaló con su dedo el mar: “allá está papito Lenin”. Pola dice que nunca lo entendió hasta que mucho tiempo después, el Informe Rettig sostuvo que muchos cuerpos 6. La maleta es bajada del armario en 1978 por Lorena -hija de Pola y Lenin- a sus siete años de edad. Ella saca la ropa de su padre y construye su cuerpo en el suelo, coloca una camisa, una chaqueta ,un pantalón y los zapatos y se sienta a hablar con su padre como si estuviera ahí, presente. Pola no se imagina como una niña tan pequeña pudo hacer dicho esfuerzo, una vez sorprendida por su abuela putativa hablan con ella para explicarle las cosas y Pola comienza a protegerla más. Verónica Troncoso | Paulina Soto
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