Archivo: diálogos iniciales
101 experiencia sobre el lugar, transformándolo en actor e intérprete de su lugaridad. Estas condiciones que se vieron develadas y desarrolladas por los intérpretes de la geografía íntima, bajo las representaciones y las configuraciones del lugar como relato abrieron la noción de cronotopía , 28 concepto narrativo que denota la correlación de las relaciones espacio- temporales como un tipo de espacio vivido, vivenciado y experimentado a modo de un relato, a través de palabras, imágenes, sonidos no verbales. El concepto de cronotopía es un tipo de relación exterior–interior, que pone en evidencia a través de las representaciones sociales del paisaje un tipo de conocimiento local que permite construir instancias de ensamblaje y desencaje sobre las prácticas urbanas (apropiaciones, resignificaciones). Este tipo de constructos apelan a nuestra experiencia (experiencia social) y a un tipo de lenguaje o narración que elabora una huella visible sobre el espacio, un espacio del relato que permite evidencias, las inflexiones, acentos e ideas de las representaciones y formas narrativas de un paisaje como Valparaíso desde la notación del intérprete . La compresión de estas ideas es el entrecruzamiento finalmente de escenarios dialógicos 2 9 donde el sujeto interactúa de forma particular con sus procesos de identidad 28. Según Mijail M. Bajtín, es la correlación esencial que se da entre las relaciones espaciales y temporales en la obra literaria en general y la narrativa en particular… Con Bajtin sabemos perfectamente que espacio y tiempo no existen separadamente; que no hay espacio sin tiempo, ni tiempo sin espacio, por más que nuestras operaciones separadoras (conocer: cog-noscere es separar, dividir) insistan en ello. La noción de cronotopo es mucho más que un término feliz: es un concepto que se resiste a ser pensado, y que insiste en ser vivido, vivenciado, experimentado… Por ello, como reproducción del macrocosmos al que pertenece, todo relato (microcosmos) tiene su big-bang (y su big-crunch): un principio y un fin en el tiempo, pero también una apertura y un cierre de la espacialidad instaurada a través de las palabras, de las imágenes visuales, de los sonidos no verbales, etc., desde el desembrague... (¿Será preciso recordar las implicaciones espaciales de refero y relatus?). Entrar en la reflexión del espacio como un simple "decorado" (aunque sea -y ya es mucho- un "decorado mítico") es una torpeza. El espacio es un constituyente de la ex-sistencia para los seres materiales. Ex-sistimos en el espacio. El ex-marca el punto cero, la in-ex-sistencia. Toda sistencia (toda consistencia, asistencia, resistencia, persistencia, insistencia, desistimiento) se da en el espacio. O el espacio es, básicamente, un en. Y nosotros -que no paramos de discurrir- somos, fundamentalmente discursos en tránsito (¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos?). 29. Es decir, por una mirada combinada por la actuación de un sujeto en su medio social y físico, que responde por medio de una transformación de la realidad o un adaptarse a ella, como una especie de equilibrio que construye la “cultura” de cada sujeto en medio de la red de relaciones sociales espacio-temporales. José Llano-Loyola
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