Poéticas de la intemperie

94 Poéticas de la intemperie lo que se cuchichea en clases y que sólo significa por ser una marca destinada a la borradura. Alguna vez la tiza blanca destellaba iluminando a modo de claroscuro algún saber desde el áspero fondo enegrecido de la pizarra, ahora el trazo negro o el patético azul de plumones se desliza sobre el suave fondo blanco que sólo exhibe el orgullo de su satinado reflejo. Pero aquí se trata de diálogo, líneas que se cruzan como el ruido callejero. Montándose una sobre otra en el más primitivo y soberano de los gestos. El delimitar permite que todos los gestos trazados en su interior tengan la posibilidad de ser leídos, la escritura es entonces cuerpo dialogante, pulsión plena de mensajes y liberada en el juego de los pequeños deseos. Ya sé, ya sé ¿pero qué otra cosa hubiera podido dibujarte? ¿Qué mensaje hubiera tenido sentido ahora? De alguna manera tenía que decirte adiós y a la vez pedirte que siguieras. Algo tenía que dejarte antes de volverme a mi refugio donde ya no había ningún espejo, solamente un hueco para esconderme hasta el fin en la más completa oscuridad, recordando tantas cosas y a veces, así como había imaginado tu vida, imaginando que hacías otros dibujos, que salías por la noche para hacer otros dibujos. Julio Cortázar , “ Graffiti ”

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