Poéticas de la intemperie
92 Poéticas de la intemperie A veces también se trata de escritura: alfabeto de garrapateos, a veces nada más que pura presencia de las pulsiones anónimas de un sujeto como en ciertas manifestaciones de la pintura callejera, donde las estéticas globalizadas del graffiti se exponen bajo la forma de una marca que se pretende identitaria (el Tak por ejemplo), al tiempo que sufre una excesiva estandarización bajo una forma estética que se traza en busca de un espectador y que dista mucho de ser una pulsión individual. Y este asunto no es nuevo: Aquí viene a cuento la reflexión que propone el fotógrafo húngaro Brassai, a propósito de los incansables recorridos que realiza en Paris en la primera mitad de siglo XX, donde dirige su mirada a los muros como una suerte de inabarcable pizarra de escritura de la frustración y el deseo de los individuos residuales que siempre habitan una ciudad: Un desamparo semejante es el que provoca el gusto por las paredes de los retrasados, de los simples, de los inadaptados, de los desheredados, frustrados y rebeldes -todas las revoluciones han tenido su origen en las paredes-, de todos los que tienen algo que reprocharle a la sociedad o a la existencia. Pues la pared exorciza. Si ella es el refugio de todo lo que se reprime, se reprueba, se prohíbe, se oprime, también es la catarsis. 30 30. Catálogo exposición de Brassai “Graffiti Brassai”, Círculo de Bellas Artes de Madrid, 2009.
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