Poéticas de la intemperie
28 Poéticas de la intemperie La intemperie es estar en un centro, encerrado en ese lugar que es el propio cuerpo en su mínima escala, sin más allá o más acá, sólo afuera pero al interior del propio cuerpo, débil, destemplado y permeable. ¿Qué decir de esa primera vez de la apertura de la mirada en un recorrido, paseo, vagancia o deriva por la calle? Dice Guy Debord respecto del manido y recurrente concepto de la Deriva (…) es el paso sin interrupción a través de variados ambientes; es la búsqueda del pasadizo y de la paradoja [que] impulsa a establecer una nueva lectura del territorio, presentando el espacio como un ente activo capaz de suscitar en nosotros distintos comportamientos y emociones que nos incitan a interactuar con él . 10 Aquí me detengo y me desvío en algunas consideraciones extemporáneas en torno a “las derivas”: Generalmente ante la mención de dicha palabra, si somos capaces de suspender su persistente condición de referente en la historia del arte, alejarla de nociones como situacionismo y otros clichés cotidianos e intentamos situarnos en una especie de estado desmemoriado anterior, dejando que la palabra sea lo que ella porte en sus múltiples asociaciones, quizás la primera imagen que se viene a mi mente se relaciona con el mar y la incertidumbre; el estar perdido de una embarcación, desprendida de su ruta, ya sin timón o fuerza que la lleve con seguridad a su destino, privada del abrigo de las certezas predeterminadas. Quizás podríamos fantasear con las sensaciones de incertidumbre en estado pleno y miedo de quienes la tripulan. Deriva, y por qué no errancia, se relacionan aquí entonces con la figura del mar en tanto masa informe siempre impredecible, manifestación y movimiento de lo insondable, negra densidad que es algo así como muerte y noche, sonido y rumor indiscernible, tal como la amenaza del viento imposible de aprehender que se amplifica sin cuerpo mensurable en las cavernas de nuestros oídos, como el frío que se cuela entre nuestras ropas, densidad sin cuerpo y signo de intemperie. Andar de ese modo en la calle, por difícil que sea, sin llegada posible, porque así, a la deriva en la calle no hay 10. Guy Debord, “Informe sobre la construcción de situaciones y sobre las condiciones de la organización y la acción de la tendencia situacionista internacional”.
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