Poéticas de la intemperie

187 Finalmente esto se trata de un llamado, ya no a ver, sino a experimentar la ceguera de escuchar, quizás primero la ciudad que se manifiesta como presencia de una lejanía porque es imposible silenciarla, y luego en la calle escuchar lo que no se puede decir ni tiene palabra, lo que no tiene sonido. Cuerpo intangible e inmaterial que se nos da a experimentar alguna vez… de vez en cuando y muy pocas veces.

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