Poéticas de la intemperie

183 00:03 Sólo se puede escuchar ruido blanco, probablemente el aire que roza el micrófono que graba indiscriminadamente en todas direcciones. 00:14 El sonido de un auto muy lejano. Ni siquiera lo percibí estando ahí. 00:17 Ladrido de un perro (hacia la izquierda, donde la calle se dobla y tuerce hacia el oriente) Los ladridos son persistentes y parecen muy cercanos. 16 ladridos monótonos, regulares. Sin inflexión. 00:43 Fin del ladrido del perro. 01:27 Dos autos a varios cientos de metros por Santos Dumont. En la grabación se escuchan cercanos. 01:49 Sonidos metálicos leves tras nosotros, puede ser desde alguna casa cerrada a esa hora. 02:05 Algo como una puerta interior, eso era también atrás e indeterminada. 02:18 Un sonido fuerte y una luz acercándose. Un auto cruza entre nosotros y el muro. De derecha a izquierda, ilumina, contrasta y proyecta la sombra de los ladrillos sobre sí mismos. 02: 42 Sonidos como la voz de un niño. 02:55 Otra puerta. Nada indica desde donde proviene. Muros trataba de dejar esos instrumentos solos o por su cuenta apuntando adelante y dándonos la espalda. Nosotros sólo debíamos guardar silencio. Todo esto duraría doce minutos, más o menos lo que logra almacenar la memoria de la cámara. Estábamos con Marcelo Pérez, quién ha sido muchas veces una compañía inestimable al lugar y Natascha De Cortillas que andaba por esos días en Santiago participando en un coloquio denominado CALLE que habíamos organizado en la Universidad de Chile. Nos sentamos más atrás, en la vereda al otro lado de la calle, a unos 10 metros de distancia.

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