Poéticas de la intemperie

113 6. Claudio Aranda A un costado una pequeña placa metálica carcomida por el óxido, con restos de pintura sobre algunas de sus letras alteradas por el paso del tiempo, indican su nombre y algo más. Lidia, una ilegal muerta en algún momento en la historia de esta ciudad, sin más motivos que los de un extraño que camina sin rumbo, sin alma, sin rostro por la calles desprovistos de toda dignidad para no ser descubiertos, apuntados y apartados de la vida diaria que podría tener cualquiera que transita por aquí. Por estas calles que a diario ven pasar a cientos de personas. Algunas memorias dispersas

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