Escuelas de Arte, Campo Universitario y Formación Artística
66 4.1 El estudiante de arte en las últimas dos décadas pertenece a la generación de aquellos que se formaron poshistóricamente, bajo la hegemonía del mercado. Ingresa a estudiar arte completamente despojado de Historia, privado de toda experiencia de modernidad, desprovisto de cualquier recuerdo de la ciudad letrada, ignorando por completo a qué ingresa (el arte como hecho moderno). Para el usuario de las “redes sociales” (eufemismo que denomina a la actualidad comunicacional en su fase digital-satelital), la formación en la experiencia (modernista) del arte (dentro del dispositivo ilustrado de la universidad, que ignora su anacronismo) resulta así de una confluencia de dispositivos que nadie está en condiciones de reflexionar y cuya dilucidación sería el único propósito, si es que le queda alguno, de una formación en arte. Se inaugura la torre Paulmann, en Providencia (rutilante tótem de cristal que da concreción visible a una fase técnica y económica del capitalismo financiero), pero será después que sabremos lo que ese edificio inauguraba en la ciudad y qué ciudad se inauguraba desde su renovado horizonte. Ese horizonte no es ajeno a la visualidad HD de la imaginería de Prometeus o Batman , filmes del 2012 (año Maya) convertido en peripecia espectacular de catástrofe por History Chanel, en sus desarrollos sobre Alienígenas ancestrales , cuyo imaginario (y su recurso a la “precuela”) es, se puede conjeturar, el de las manifestaciones estudiantiles que han ocupado las calles de Santiago. El egresado de una carrera de arte, fantaseamos, debiera estar en condiciones de investigar la trama de efectos complejos e incalculables desencadenada en un determinado territorio por la confluencia y asimilación de distintos dispositivos, nuevos y obsolescentes, en vista de desarrollar, en el mejor de los casos, la inteligencia de ese estado de cosas. La nueva relación entre lo nuevo y lo viejo, y el dispositivo que permite eliminar o ecualizar la discontinuidad entre ellos bajo una cosmética espectacular que parece excluir cualquier asomo de melancolía (la cual, a través de la historia, fue el talante capaz de experienciar la poética de la historia: la sustitución y el olvido de un mundo en otro y padecer su retirada). 4.1.1 ¿Cuáles son las competencias en las que una carrera de arte debe formar? La academización del arte (y la “fondarización” de su producción) ofrece el siguiente resultado estrafalario: reproduce, por parte de aquellos que tienen interés en reproducirla, la ilusión del valor y el significado que el arte alcanzó en la modernidad, dentro de la fase actual que se levanta sobre las ruinas de esta y el vaciamiento de sus contenidos. Y esto que, por supuesto, debiera ser el Chilean Art Now. Informe
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=