Escuelas de Arte, Campo Universitario y Formación Artística

64 político de resistencia contra la dictadura. El soporte sobre el que se reflexiona es principalmente el soporte foto-gráfico y el concepto teatral de escena (Richard) se opone al set de la tele (las 125 líneas de la pantalla) ocupado banalmente por la dictadura. Los procedimientos foto-serigráficos (importados del Pop) que vaciaban el signo de toda profundidad, aquí quedaban rellenos, densificados por una metafórica que implicaba el drama de un cuerpo (social) en estado de padecimiento y fractura. El manual de instrucciones de uso de un material –y los méritos de su experimentación– se proponía maníacamente como modelo de construcción social o de resistencia política. Se confundía ilusoriamente la política interna del campo social del arte con las luchas por el poder que se desarrollaban en el perdido teatro de la historia. Desde ahí, entre nosotros, el éxito desmesurado de la bibliografía benjaminiana, primer testigo de las ruinas de la historia y de la muerte de la experiencia moderna (de la que es parte la figura narrativa de la forma de vida como arte). 3.2 Así las cosas, es comprensible que el auge de la actividad y el accionismo artístico de esos años convocara a intelectuales de distintas áreas. La actividad poético-artística ponía en juego los contenidos políticos bajo censura y hacía posible hablar con cierta impunidad (en términos de reflexión sobre operaciones formales) de aquello de lo que no se podía hablar públicamente. La vida bajo dictadura tuvo para el grupo que se mueve en este ahora espectral teatro de la historia (del arte) el beneficio innegable de fomentar prácticas bien instruidas teóricamente. La bibliografía que se impuso durante esos años (el reemplazo del corpus de las humanidades por el de la “teoría”) fue definitivo y perdura hasta hoy en el estado de enseñanza de arte. Lo que importa tener presente es que los protagonistas de esa escena de trabajo artístico pertenecían a una generación que se habían formado dentro de la instituciones de la República (Universidad de Chile), habían asistido el gran teatro de la Historia, habían padecido (con mayor o menor distancia) su colapso y pérdida. Eran todos sujetos con historia. Y era el drama histórico (con visos trágicos o farsescos) lo que era sometido a elaboración en sus prácticas. Todos eran modernos, es decir, sujetos formados en la “ciudad letrada” que aspiraban al reconocimiento como intelectuales ilustrados que estaban bajo el mandato del ejercicio crítico de la inteligencia sobre la realidad, como producto social. Su formación era la del taller experimental dentro de un universo pre-televisivo, más bien gráfico, foto-cinematográfico, radiofónico, Chilean Art Now. Informe

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