Escuelas de Arte, Campo Universitario y Formación Artística
60 partir de las huellas dejadas por su paso lo que define el proceso. A este proceso, trabajoso, lento, discontinuo, lo llamamos, en sentido lato, escritura. Así propuesto resulta indiscernible del ejercicio de la investigación, con tal de añadir el destello perdurable de una hipótesis y de acentuar su peripecia: ir tras de algo paso a paso (traducción heideggeriana de la voz griega methodos ), asistidos por la confianza (psicoanalítica) de que lo que ocurrió dejó su huella en alguna parte, y que podemos dar con ella. El arte es indiscernible del dispositivo lecto-escritural que abrió al individuo a esa figura moderna de la experiencia del tiempo histórico, como reflexión del tiempo finito. Dentro del horizonte abierto por el dispositivo arte, la obra funciona como coágulo de tiempo –huella dejada por el tiempo dedicado a la elaboración de una huella–; aspira a ser un dispositivo que considera –en su concisión y economía mínima– la reflexividad sobre su condición de dispositivo. Interrumpiendo el tiempo usual y despojando al sujeto de su normal condición de usuario, se propone (idealmente) como objeto anómalo detonante de experiencia. El padecimiento general de la “falta de tiempo” (que domina aún a la cultura actual) alude a la escasez de tiempo de experiencia, al tiempo no capturado por la administración normalizadora de la vida, fuera de jornada, en el cual la vida usual que se fue es recobrada reflexivamente. Un síntoma entre otros de que el dispositivo arte –que da lugar a ese reconocimiento– es cosa del pasado. 2. El reemplazo de la modernidad ilustrada (y su dispositivo lecto-escritural) por la cultura de masas resultante de los nuevos medios de trasmisión (y que en el dominio del arte alcanzó manifestación reflexiva en el Pop y la llamada neovanguardia) termina por disolver los prestigios de la ceremonia moderna del arte, la distinción entre alta cultura y cultura popular. Y esto significa: la tradición universitaria de las humanidades y la forma de vida que alcanza en esta su ideal fomentado por el Estado moderno están en franco proceso de liquidación. En el mundo desarrollado, durante la década del 70 del siglo pasado (y eso es lo que estaba en juego en el debate cultural de esos años: modernidad/postmodernismo), el drama histórico –la Historia como drama– alcanza su consumación y colapso. La hegemonía del Pop manifiesta la transformación cosmético/estética de la cultura y del consumo masivo de los media (vaciados de contenido social) pone en marcha la figura del artista como estrella de una farándula acotada y su complicidad con el sistema de mercado y la forma mercancía. La “experiencia” –modernamente: la elaboración lecto-escritural de la peripecia de la vida– que Chilean Art Now. Informe
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