Escuelas de Arte, Campo Universitario y Formación Artística

48 Pese a contar con gran cantidad de alumnos ya que la Sección de Arte Aplicado a la Industria se había transformado en la más interesante y de mayor importancia en la Escuela de Bellas Artes, según el entonces director de la Escuela, el escritor Luis Orrego Luco, para 1916 el Estado no garantizaba ni la infraestructura ni los fondos mínimos para su funcionamiento, lo que ya hemos indicado como una constante desde la fundación de la Escuela de Bellas Artes. Esta situación se perpetuó hasta 1928, año en que se creó la Escuela de Artes Aplicadas como parte de la reforma a la enseñanza artística impulsada por el Ministerio de Instrucción Pública, en el marco de una completa reestructuración al sistema educativo llevada a cabo bajo la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo. Esta reforma a la enseñanza de arte fue encabezada, desde mediados de 1927, por el músico y pintor Carlos Isamitt, a quien se nombró director de la Escuela de Bellas Artes. Desde su puesto, Isamitt aspiraba a difundir los conceptos estéticos modernos tanto como construir un arte nacional basado en la cultura vernácula, para lo cual creía preciso eliminar “la copia servil de modelos históricos” 17 , que hasta entonces constituía la base de la enseñanza artística clásico-académica. En cambio, proponía orientar la enseñanza de los artistas hacia el estudio de las líneas, volúmenes, colores, armonías y ritmos, elementos que en el paradigma modernista se creían los componentes esenciales del “arte plástico”. En tanto, el carácter nacionalista del programa estuvo dado por la puesta en valor del folclore y el arte popular, así como la recuperación de la artesanía de los pueblos prehispánicos e indígenas. En relación con los propósitos que se planteaba la reforma, cabe señalar que la modernidad del arte fue uno de los puntos más discutidos por la escena local durante las tres primeras décadas del siglo XX. A este debate contribuyeron varios artistas e intelectuales chilenos que, tras su paso por Europa, se transformaron en los principales promotores de la vanguardia artística. Entre ellos destacan los artistas del Grupo Montparnasse 18 y el crítico Juan Emar, quienes atacaron en duros términos a la Escuela de Bellas Artes a la que acusaron de estar “estancada” y de reproducir el gusto de la oligarquía. 17 E.G.O. “La reforma en la Escuela de Bellas Artes”. Revista de Arte , año 1, Nº 1. Santiago: Departa- mento de Educación Artística del Ministerio de Instrucción Pública, septiembre de 1928, p. 5. 18 Formado por los artistas Luis Vargas Rosas, Henriette Petit, Julio Ortiz de Zárate y José Perotti. No obstante, Camilo Mori y Manuel Ortiz de Zárate, entre otras personalidades artísticas de la época, tam- bién mantuvieron cercanía con la agrupación. Academias, museos y salones: el proyecto institucional del arte moderno en Chile (1797-1947)

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