Escuelas de Arte, Campo Universitario y Formación Artística

195 instancias participativas que consideren la opinión de los docentes en las políticas para el desarrollo cultural. Esto provoca una falta de interés por involucrarse mayormente en procesos de investigación fuera del aula, a lo cual hay que sumar que la mayoría de los financiamientos para estos se encuentran destinados a docentes que cuentan con contratos indefinidos. Si bien este no es un problema exclusivo que solo concierne a los docentes de artes visuales sino una situación más general que acontece en la educación superior, los artistas se ven especialmente afectados por ese problema al contar con muy reducidas posibilidades laborales. A todas las dificultades anteriores, podemos agregar la reciente obsesión por la acreditación que ha contagiado a la mayoría de las instituciones de educación superior: una inversión de tiempo que busca involucrar a los docentes en instancias que no generarán mayor beneficio para ellos, sobre todo cuando no existe un compromiso contractual con la institución en la que se desempeñan. Por cierto, el vínculo entre el campo artístico y el ámbito de las políticas culturales debería ser mucho más dinámico. No es suficiente la actual relación entre los campos sociales y la educación: falta corregir el centralismo y adentrarse más en problemáticas locales o contextuales. 2. Análisis, percepción y difusión del arte inscrito en un contexto En relación a la actual formación académica en la Escuela de Arte de la Universidad de Concepción, las asignaturas teóricas consideran una extensiva revisión de textos junto con el desarrollo constante de ensayos y texto críticos, a lo cual se suma que los proyectos de taller también implican textos de fundamentación. Sin embargo, esto no ha desembocado en la consolidación de un cuerpo reflexivo ni de parte de los estudiantes ni de parte del cuerpo docente que manifiesta escaso interés por generar instancias de reflexión, que circulen y generen confrontaciones de ideas. Esto resulta paradójico si consideramos que actualmente existen numerosos mecanismos de publicación –revistas virtuales, blogs, etcétera– donde no se requiere de una gran inversión económica para activar debates sobre arte y cultura. Por otro lado, es inquietante la desconexión entre las diferentes carreras y facultades, siendo esta una situación que seguramente se extiende en la mayoría de los campus universitarios de Chile. Los Departamentos de Arte, Filosofía e Leslie Fernández

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