Escuelas de Arte, Campo Universitario y Formación Artística

187 parte, rara vez el arte –salvo instrumentalizado como propaganda– ha generado cambios a corto plazo. Eso nos lleva a preguntarnos sobre el cómo y por qué influir –arte mediante– sobre el resto de la sociedad, de ahí también replantearnos el tema del poder, sobre todo de ese poder bipolar maniqueo moderno que también “aún ronda, gira y da vueltas por nuestras cabezas.” Un paradigma procesual Anteriormente se hizo mención a lo autopoiético, concepto tomado de la biología contemporánea (H. Maturana y F. Varela); y lo hacemos porque representa una serie de ventajas propositivas que avalan lo sostenido en los párrafos anteriores; de partida centra el interés en la especial capacidad de lo orgánico en autoproducirse –crearse– respecto de un otro, y que tal característica en el rango de lo humano se complejiza y completa en el socius , tejido que como todo lo orgánico depende de la habilidad para conseguir nutrientes para su metabolismo basal, no solo individual sino de base. Dicho de un modo muy resumido, el concepto implica la existencia de focos autoconsistentes e identitarios que se despliegan en relaciones con la alteridad, entendida esta como agenciamiento con el entorno directo o indirecto, todo esto partiendo de la economía básica del tener que vivir. Referimos al clásico ejemplo de Humberto Maturana en que la abeja se produce a sí misma tal como es porque existe la flor y, a su vez, la flor se produce como es porque “sabe” lo que necesita la abeja para funcionar; así, de algún modo, la abeja deviene flor y la flor deviene abeja, esto significa que cada ser en su individualidad autocreada vive agenciado a la red en que se inscribe; a eso llamamos procesual . Pero luego comprobamos que el cuerpo humano es más que un soporte de estructuras, y que cada cuerpo posee horizontes y facultades de resignificación de su propia realidad así como de la realidad en cuyo tejido vive. De hecho puede incluso desmontar los roles con que la cultura le ha instrumentalizado, sea caotizando, ordenando, acelerando o ralentizando, facultad que le permite expandirse en un contínuum, de creacionismo siempre en proceso de reinventarse así como de disolverse. Biológicamente el ser humano no “Es” uno y para siempre, sino un proceso intenso que deviene in situ lo humano. Edgardo Neira

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