Escuelas de Arte, Campo Universitario y Formación Artística

185 4 Vivir de fondos concursables en un mundo como el nuestro, es material y biológicamente tan legítimo como vivir de la venta de obra, a sola condición que surjan de las condiciones de lucidez y conciencia ya señaladas. Pudiera parecer fuera de lugar, pero es notable y muy saludable constatar cómo el universo biológico puntualizado en lo autopoiético, gravita notablemente en la comprensión del espacio económico en que nos toca existir, logro biológico que en el caso del artista chileno, en general, linda con la sobrevivencia. Por otra parte, un sistema de arte que incluye o respeta tanto la complejidad de lo subjetivo como la transversalidad social, contribuye a regular que ciertas particularidades falaces o no informadas, lleguen a creer que la libertad es instalarse, así como así, fuera de las relaciones y tramas del paradigma en que toca vivir. Al respecto, y con todo respeto a la seriedad del tema pedagógico, permítase un ejemplo divertido. Existe un capítulo de la serie “Los Simpson”, que trata sobre la tensión que se instala en su ciudad, Springfield, a raíz de tener que decidir si lo que se debe impartir en la escuela acerca del origen del hombre es la teoría evolutiva de Darwin (inmanente objetiva) o la creacionista que postula el pensamiento mítico- religioso (trascendente subjetivo). Tras un intenso debate se impone la postura que es la virtud del modelo creacionista el que se debe enseñar, y para asegurar la decisión, se instaura una ley que obliga su única enseñanza. Entonces Lisa, hija de Homero, se rebela y funda un club secreto cuyo punto de virtud es estudiar a Darwin y transmitir su teoría, pero al poco tiempo el grupo es descubierto in fraganti , razón por la que la niña es detenida por la policía acusada de sedición. Pero al momento de ser apresada se produce desde arriba un ataque en que varios francotiradores disparan sobre los vecinos, determinando a dedo y a gritos quién debe vivir o morir. Es ahí cuando la muchacha interpela al agente por no detener a los terroristas. “Lo siento niña –contesta el policía– en otros tiempos habríamos respondido a eso, pero ahora no tenemos gente para eso”. El mensaje más sugerente del capítulo es que mientras la visión dualista regula y condena el no acatamiento de la verdad triunfante, se despreocupa del libertinaje de los sujetos que eluden o no han tenido cabida en la estructuración de esa verdad. Edgardo Neira

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