Escuelas de Arte, Campo Universitario y Formación Artística
174 fenómeno, es posible destacar que un creador artístico, un licenciado en arte, un productor artístico y, agregaría yo, un artesano, tienden a presentarse con fronteras borrosas que no permiten distinguir claramente dónde está el límite que separa uno del otro. Aparentemente existirían múltiples razones que explican esto, sin embargo, “la puesta en acto” de la cuestión artística visual fusiona a todos estos agentes en un espacio de circulación imaginaria como Temuco. Desde aquí, entonces, resulta interesante analizar las posiciones de sujeto en el campo artístico local. En el primero de los casos, aquellos abanderados en la continuación y la contención de una tradición cultural, la que carga con la consigna moral de contener el ethos social de su comunidad como gestor y creador, especialmente si miramos aquellos individuos cuyo discurso se moviliza o identifica con el legado cultural de carácter étnico-mapuche. Por otra parte, quienes, como creadores, buscan rebelarse frente a las formas tradicionales de la comunidad, cuestionando de esta manera el lenguaje, las prácticas y la tradición, anteponiendo su propia visión estética y artística. En cualquiera de los casos la herejía está presente como amenaza y como elemento productor de un imaginario visual, como dagas de doble filo lanzadas al espacio con la que juegan permanentemente el deseo y la identidad. Artista local, entorno y agonía En este ir y venir de definiciones, llama la atención la forma en que un artista local ha logrado profesionalizarse. En términos generales, esta profesionalización estaría ligada al grado de mayor o menor dominio tecnológico. Cabe aclarar que la noción de tecnología aquí utilizada abarca el conjunto de herramientas y conocimiento que permite, en este caso, a los artistas locales, diseñar y crear objetos, medios, bienes o servicios que le permitan adaptarse o adaptar su obra al medio. Como es de esperar, este manejo tecnológico no solo se expresa en el control de software o máquinas de reproducción de la imagen, sino también en ese conocimiento abstracto que permite al artista local diseñar y capitalizar su propia imagen. Sin embargo, a pesar del ritmo del mundo en el que hoy vivimos, alumnos, egresados, profesores, productores y actores involucrados en la práctica de las Herejía, identidad y sistema artístico: El caso de una Escuela de arte en el sur de Chile
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