Escuelas de Arte, Campo Universitario y Formación Artística
150 de este. Ahora bien, ¿es necesaria o incluso relevante una conciencia histórica local? En sentido estricto no. De ninguna manera lo “localista” puede ser una virtud a priori para artistas o pensadores. Es más, puede ser hasta revitalizador el hecho de renovar radicalmente los paradigmas de enseñanza: en el caso de las demás disciplinas muy apegadas a “lo local”, como son en Valdivia la antropología, la literatura o el cine. Siendo que, especialmente en el campo del arte, los artistas se forman observando exposiciones internacionales y en la historia del arte europeo y norteamericano. Sin embargo, la lectura que propongo está empañada del conocimiento y la valoración de los desarrollos artísticos de Valdivia durante los últimos treinta años. Mi enfoque apela a la tradición histórica como una tarea en camino de realizarse por el simple hecho de que considero que la comprensión del arte actual pasa necesariamente por una comprensión de la historia del arte. A mi parecer, Valdivia carece de cualquier tipo de tradición en arte: no existe una conciencia ni menos un conocimiento de los desarrollos del arte en Valdivia, cuestión que sería la base para una crítica o uso a posteriori. La exposición de egresados de la Escuela de Artes Visuales solo puede aparecer como “borde” de todo lo que la rodea: de su medio y de su propia historia inexistente. Des-localizada de su entorno vital, se le hace imposible generar un diálogo con un público que le sea asiduo y constante. En síntesis, el producto final solo puede ser tramitado en un medio apto para su comprensión: el de Santiago o el internacional. Solo a manera de insinuación y ejemplificación del punto expuesto, quiero citar una columna de Ricardo Mendoza publicada en el desaparecido periódico El Correo de Valdivia el miércoles 16 de enero de 1980 en ocasión de una exposición de características similares: Hace ya más de veinte años que fue cerrada, en nuestra Universidad, la carrera de Pedagogía en Artes Plásticas: dejó, como fruto, una promoción de alumnos egresados o titulados, quienes ejercen hoy su profesión en nuestra zona. Desde entonces mucha agua ha pasado bajo los puentes del Calle-Calle, pero sin ocurrir nada en el campo de las artes visuales, a nivel institucional al menos, ya que siempre se mantiene alguna actividad, por subyacente que sea (…) Aunque parezca innecesario, creo que es conveniente recalcar la importancia del hecho: después de casi veinte años, reaparecen las artes plásticas en nuestra universidad, como parte de la docencia, y con resultados a la vista. Paradojas en el arte joven chileno
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