Escuelas de Arte, Campo Universitario y Formación Artística

144 II. Contención y dispersión. Dos curatorías del Salón de Estudiantes de la Universidad de Chile A lo menos en la Universidad de Chile se puede captar una traslación de los problemas y debates mencionados anteriormente hacia la propuesta curatorial recientemente lanzada para el próximo Salón de Estudiantes de la Facultad de Artes a celebrarse en marzo del 2013 en el MAC Quinta Normal. Aún en fase de propuesta o puntapié, esta iniciativa incluye agudas críticas para con el medio local, pero por sobre todo con el estatus que tiene el arte en la sociedad chilena actual. La propuesta curatorial señala lo siguiente: “Sabemos que en Chile la situación del arte actual es crítica, en la medida que se manifiesta bajo los estándares de un Estado penetrado y articulado por los modos hegemónicos de producción capitalista, es decir, bajo una fuerza histórica que ha puesto las condiciones de trabajo entre los pliegues de las condiciones de la vida misma, en tanto se conforma biopolíticamente. Es decir que hay lógicas que regulan las posibilidades del arte por medio de modos de producción específicos. En otras palabras, bajo el contexto actual, la lógica de producción artística responde al mercado del arte mientras que el modo de producción a la autogestión; y es precisamente bajo este marco que debemos considerar el estatuto precario del arte y de los trabajadores del arte en Chile”. A esto se le suma una nostálgica y aguerrida presencia de términos anacrónicos como “trabajadores del arte”, haciéndose eco del aura que han adquirido los breves años de la Unidad Popular con especial énfasis en el compromiso que asumió el arte con los “procesos revolucionarios” (basta recordar el triunfo del ex presidente Salvador Allende como figura icónica para el Bicentenario). Sin entrar en detalles, me gustaría contrastar la propuesta curatorial del presente Salón con su inmediato antecesor, realizado a fines del 2009 y comienzos del 2010 en el mismo recinto de la calle Matucana del centro de Santiago. Bajo el título de “Espacio contenido”, la última versión del Salón estudiantil presentaba diferencias sustantivas en relación con la actual propuesta. En principio, se trató de un Salón cuya convocatoria buscaba respetar la participación de todos los talleres de creación artística (pintura, escultura, grabado, textil, forja y cerámica, entre otros). Para aquellos que no lo sepan, la Escuela de Artes de la Universidad de Chile hasta no hace muchos años concentraba los resabios de su vínculo con las denominadas Paradojas en el arte joven chileno

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