Escuelas de Arte, Campo Universitario y Formación Artística
120 función de definir y conservar el canon de su práctica disciplinar, invierten parte de su esfuerzo en la transmisión del mismo. En el origen del modelo de enseñanza están los gymnasium , los que desde el siglo XVI estarán abocados a la formación docente en disciplinas como las ciencias y las humanidades. Estos suponían a un profesor –el que profesa– como un entrenador, el que constantemente corregía sobre la reiterada ejercitación del alumno, este último definido etimológicamente como el que debe alimentarse. Entre ellos solo algunos pocos dejarían de serlo, precisamente cuando llegaran a estar bien alimentados, dejando en el camino a sus exprofesores, toda vez que estos se convertirían en ellos y nunca en exalumnos. La consigna era matar al padre antes que él se alimente de nosotros, como en la amenaza de la conocida pintura de Goya. Por su parte los exalumnos quedarían para toda la vida como alumnos de la institución respectiva, lo que no los imposibilitaba en llegar a ser profesores… de otra institución. Esta reductiva semblanza histórica, nos permite describir alegóricamente lo que hemos podido observar en nuestra experiencia cotidiana de los últimos años en el sistema de educación superior en artes visuales. Es así como algunos profesores se nos presentan hoy como entrenadores personales, en donde su trabajo no está centrado en el fortalecimiento de sus propias capacidades personales para mantener e incrementar su autoridad en la disciplina, ni menos en su desarrollo como artistas; sino que más bien está focalizado en atender al otro. Por su parte, ese otro son los antiguos alumnos que se han convertido en estudiantes. Esto último supone personas disciplinadas y rigurosas que libremente, dentro de sus posibilidades contextuales, han decidido definir su propio trabajo dentro de una calidad y exigencia asociada a contenidos específicos, directamente relacionados con la imagen de un objetivo construida en la medida de sus deseos. Claramente, más allá de esta forzada idealización de la entrega y pasión de unos y otros en su función relativa dentro del sistema, la situación descrita produce un desplazamiento bastante curioso, donde la anacronía de unos será la ucronía de otros. La práctica, la enseñanza y el aprendizaje: de la condición a la relación
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