Resistencias: Foro de las Artes 2020

59 violadas, no podían pactar porque no eran sujetos de derecho, eso ge- neró una memoria subconsciente en ese pueblo que hay que estudiar. Los psicólogos están hablando que el daño que se produce a una ge- neración se transmite a las generaciones siguientes, por tanto hay un daño transgeneracional, si eso pasó con la generación nuestra que nos torturaron en los 70 y el daño está trasmitido hasta los nietos según han comprobado los psicólogos, me pregunto qué ha pasado con el daño al pueblo mestizo en casi cuatro siglos” comenta el profesor en el panel televisivo. En Puerto Montt, extremo sur del Wallmapu13 mi bisabuela trabajó des- de jovencita como nana14 de una familia de colonos, por ese motivo no pudo criar a su hija, cuando supo que mi abuela quedó viuda y empobre- cida por el alcoholismo de su marido, decidieron a fines de los sesentas viajar desde Osorno con los niños y niñas a la Capital para olvidarlo todo y empezar de cero. Al llegar se instalaron en el campamento El Cobre de Barrancas, hoy comuna de Pudahuel. Mi bisabuela cuidaba a los niños mientras mi abuela laburaba de empaquetadora de velas hasta el golpe militar. Trabajaron duro para darles protección y educación a sus cabros chicos, como también lo hizo posteriormente mi madre conmigo junto a mi padre, oriundo de la población María Luisa Bombal, comuna de Lo Prado. Sus padres de los pueblos de Traiguén15 y Pitrufquén16. Mi familia materna viajó a la capital como tantas otras que emigraron a los centros urbanos arrancando del empobrecimiento y la discriminación, buscando un mejor vivir a toda costa. Nuestros antepasados se tomaron la tierra desocupada clavando una banderita chilena con la convicción de ser parte de lo que nos rechaza. Es así, como el movimiento de pobladores de Chile solucionó con sus propias manos la grave crisis habitacional de la época, desbordando la lógica patronal de aquel entonces y demostrando su poder organizado al crear soluciones alternativas con total independencia como estrate- gia política. Poblaciones callampas les decían, estigma que tuvieron que cargar nuestra gente que habitaron cuadras y cuadras de viviendas de madera hechas a mano en el paisaje periférico de mediados de siglo XX. La épica más virtuosa fue la toma de la chacra La feria , transformándo- se en 1957 en la población La Victoria, según se cuenta, la primera toma organizada de tierras de Chile y América latina. La propia gente loteó los terrenos y espacios comu- nes sin ayuda del Estado. Construyó plazas, sedes sociales 13 Territorio ancestral mapuche. 14 Empleada doméstica. 15 “Cascada” en mapuzungun. 16 “Lugar de cenizas” en mapuzungun. * cristián inostroza c h i l e y e m : e l a m a n e c e r c h a m p u r r r i a

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