Resistencias: Foro de las Artes 2020

r e s i s t e n c i a s 42 cisa– lo que entendemos inmediatamente cuando se habla de resistencia: una reacción ante cualquier avasallamiento de derechos, una respuesta de los más frágiles social, política, económica y militarmente ante el avance de poderosos, motivada por un sentimiento de hermandad y de justicia, jamás de atropello y que tiene una modalidad de integración múltiple y de construcción colectiva. Sigo en tensión entre el texto y la acción. En estos días los pañuelos verdes en resistencia activa por la interrupción voluntaria del embarazo reclaman apoyo, las organizaciones ambientalistas y comunidades de las sierras de Córdoba buscan modos de resistir ante los ecocidios que provocan los in- cendios intencionales y, de yapa, en la universidad promueven una distin- ción de eméritos a dos personajes vinculados a la dictadura militar. Una sociedad viva, resiste. Si resiste, florece. Y si cuida sus flores, dará frutos que alimenten a sus huestes. Tentada estoy de narrar algunas resistencias vic- toriosas, de esas en las que se puede ver un punto de inicio y un momento de cierre. Esas que tienen una épica potente e inspiradora. Pienso en varios relatos, y hasta en uno escrito que me encantaría compartir (el calzonazo), pero en este tiempo estoy preocupada por las resistencias sórdidas, cons- tantes, imperceptibles, cansadoras, subterráneas. En mi corta existencia (o larga, depende cómo se midan los 65 años), veo en Latinoamérica cómo el neoliberalismo fue alcanzando legitimidad en elecciones y donde no lo ha logrado, toma otras estrategias de apropiación del poder, distintas a los golpes con botas y militares en el gobierno que tenían en los 60 y 70. Por un lado, es alentador pensar que allí hay una conquista lograda, pero en las victorias no todo es ganancia. Instalados en los gobiernos por elecciones o por asaltos parlamentarios o civiles, tienen en común modalidades abier- tamente represivas, economías concentratorias de la riqueza, fuerte preg- nancia de culturas discriminantes y patriarcales, una justicia abiertamente sesgada y el desmantelamiento de lo público, acompañados siempre de los relatos mass mediáticos. De manera más acotada a los últimos 10 años, podemos decir que Latinoa- mérica ha vivido un neo plan cóndor arrasador, y, al mismo tiempo, también podemos decir que éste fue resistido en todos los rincones de nuestra Pa- tria Grande. Podríamos destacar las acciones en este sentido del movimien- to estudiantil en Chile, del feminista en Brasil, de los pueblos originarios en Bolivia, de los campesinos en Perú, de lxs desterradxs en Colombia, de los organismos de derechos humanos en Argentina. Pero sabemos que al nombrarlos así estamos poniendo el acento en el iceberg de las resistencias e n t r a d a s

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