Resistencias: Foro de las Artes 2020
37 ícono-mártir en una imaginería de lo público, entre ellas, el excéntrico cartel pegado en el muro-frontera entre Palestina e Israel en 2019, hasta la misma reproducción distribuida por el Colectivo Serigrafía Instantánea, reutilizada en la Bienal de Berlín (2019-2020), y de la cual han derivado infinitos registros amateurs , académicos y turísticos. Centrar la pregunta por las resistencias del arte en esta imagen y en los di- versos usos que le han otorgado colectivos, artistas, grafistas y creadoras en general, anuncia la entusiasta versatilidad de las prácticas visuales al omitir la violencia que se halla en toda forma de derecho a la representa- ción, pero también sugiere otros aspectos igualmente nebulosos alrede- dor de las prácticas visuales que se focalizan en el poder popular y que, ejerciendo una acción emancipadora de la estética, animan la introduc- ción de imágenes del no-arte como expresiones políticas más puras en el mismo régimen del arte. Omitir que la imagen es vigilia y vigilancia, y al mismo tiempo ese relám- pago en la historia del progreso, es omitir que la imagen del rostro frontal de Catrillanca se sostiene en un espurio origen policial, cuyo fichaje preci- samente lo re-inscribe en una iconografía de la vigilancia antropocéntrica suscrita, además, por el ensueño de la representación humanitaria. No obstante, y dado que su clinamen es la propia libertad de la imagen re- producida indiscriminadamente por la multiplicidad de las mónadas glo- bales, con este tipo de prácticas también se activa una ficción no menos productiva en torno a la democratización de la imagen. A ello se asiste cuando la imagen se transforma en un foro público, cuya irrupción en el arte podría ser comprendida bajo el denominado Forensic Turn . Con lo forense se alude aquí al foro, es decir, al juicio público que por medio de evidencias visuales y documentales construye la dimensión sensible de quien explora las preguntas de lo visible y lo invisible, y que ha tenido en el arte un nuevo espacio de confrontación. Con todo, cuesta pensar que la sola imagen de Catrillanca concierna naturalmente al régimen del arte, antes podría asociarse con la reproductibilidad de un rostro en un merca- do de luchas simbólicas en el cual no estaría exento el interés del museo, la bienal, la galería y la academia, desde luego, pero principalmente el deseo de toda forma de representación popular y sus actores; todos gru- pos de interés que, finalmente, acuden al foro para inscribir sus propias resistencias históricas. Mientras ordenaba sus gavetas con archivos de la historia del arte y documentos de las guerras occidentales, Weiss escribía acerca de la resistencia a un relato unívoco que recaía sobre la compren- r e s i s t e n c i a s y f i s u r a s * Cristián gómez-moya
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