Resistencias: Foro de las Artes 2020

29 tanto tiempo sin ingresos económicos. Como se advierte, resistir a estos devenires es una lucha diaria. Pero no solo las condiciones generales de los/as artistas se han visto afectadas, sino todo el ecosistema cultural. Los espacios culturales ta- les como museos, bibliotecas, salas de teatro y de concierto, etcétera, también han debido sortear grandes dificultades tanto a nivel económi- co como programático. A las oscilaciones de la posibilidad de funcionar durante la pandemia se suma el resquemor de los públicos por volver a ellos. Pero, sobre todo, estos espacios corren el riesgo de perder o trans- formar su misión histórica. En un contexto donde la digitalización de la experiencia cultural aumenta exponencialmente, los espacios culturales van perdiendo cierto poder de atracción. Los cines, por ejemplo, están experimentando un desafío inédito. Si bien históricamente se han visto amenazados por la radio, luego por la televisión abierta, posteriormente por la televisión por cable y ahora por el streaming de películas, series y documentales a “un solo clic”, su acceso durante todo un año fue casi nulo. Tampoco sabremos cómo será en el futuro su reapertura. Sin em- bargo, sí sabemos cómo fue el acceso a películas, series y documentales en internet. Tanto Netflix a nivel mundial como Ondamedia a nivel local exhibieron cifras impensadas para la industria. Las productoras de cine más grandes del globo ya están definiendo su parrilla programática —y, evidentemente, sus estrenos— a través de las plataformas digitales. Es más, los festivales de cine están demostrando que pueden presentar pe- lículas, realizar conversatorios y premiar remotamente con alto éxito. En este contexto, paradójicamente, las salas de cine tradicionales resisten al capitalismo de plataformas⁶. El resto de los espacios culturales también experimentan un retroceso en su función como esferas públicas. Si entendemos los espacios cul- turales como una esfera de circulación simbólica que posibilita la de- liberación social en base a una igualdad de poderes y en una lógica argumentativa, entonces la digitalización de la experiencia cultural pone en riesgo o, al menos, exige elaborar nuevas preguntas sobre ese rol. Comprender un museo, por ejemplo, como esfera deliberativa es descri- birlo como un laboratorio: en su interior se experimentan combinaciones históricas entre objetos, se relacionan variables inéditas entre ellos, se combinan componentes visuales e históricos, se estudian compuestos y mezclas de elementos estéticos, se elabo- ran ejercicios de fuerza, etcétera. En los museos se ponen 6 Nick Srnicek (2018). Capitalismo de plataformas. Buenos Aires: Caja Negra. r e s i s t e n c i a ( s ) : a p u n t e s p a r a p e n s a r e l c a m p o c u lt u r a l y e l p r o c e s o c o n s t i t u y e n t e e n c h i l e * tomás peters

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