Resistencias: Foro de las Artes 2020
179 * ANDREA GUTIÉRREZ VÁSQUEZ das, en el artículo 27, que señala que: “Toda persona tiene derecho a to- mar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten, toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora, con el propósito de proteger el acceso a los bienes y servicios culturales, proteger el disfrute de los mismos y su producción intelectual”. Pero a este enunciado, tantas veces citado, hay que darle muchas vuel- tas, movilizarlo, conectarlo, transversalizarlo. No podemos permitir que termine en letra muerta ¿Qué podría ser más contradictorio que ver a los derechos culturales convertidos en letra muerta, cuando son un meca- nismo indispensable para hacer posible la existencia y validez de todos los demás derechos fundamentales? Es legítimo entonces aspirar a que estos derechos atraviesen la constitución completa, desde la concepción de su escritura hasta la aprobación de ésta, entendiendo que una nueva Constitución será el mayor hito cultural de nuestra época. Es relevante mantener la conciencia de la idea de cultura que estamos reivindicando: aquélla que se sustenta en la naturaleza dinámica, dialo- gante, abierta, sostenida por las percepciones, opiniones y acciones de una comunidad en movimiento, donde es un legítimo derecho para una sociedad, cambiar y cuestionarse sobre qué tradiciones mantener, qué prácticas culturales nos gustaría cambiar o incorporar, pero sobre todo, a quién falta por sumar, en este sentido considerar el valor que tiene trenzar saberes, que nos encaminen al buen vivir, a cargar de sentido el tiempo presente y reivindicar el derecho al goce que promueven los derechos culturales, tan denostados por el pragmatismo neoliberal y su mal entendida productividad. El Estado de Chile ha demostrado, a lo largo del tiempo, una mirada restringida sobre la cultura, además de una presencia insustancial en la Constitución que comenzamos a dejar atrás. Una señal interesante ha sido el diálogo internacional que se ha dado, en este sentido, en el marco de la pandemia, donde la cultura ha sido reconocida como una necesidad global que atraviesa todos los aspectos de una sociedad y que resulta esencial entregarle la transversalidad necesaria para refor- mular el concepto que tenemos de desarrollo, crecimiento, para fortale- cer el diálogo entre los países y contribuir a una verdadera recuperación T R E N Z A N D O . R e f l e x i ó n e n m o v i m i e n t o d e u n a p e r s p e c t i v a f e m i n i s t a s o b r e l a s a r t e s y l a c u lt u r a e n u n a n u e v a c o n s t i t u c i ó n .
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