Cambio climático y desastres naturales : acciones claves para enfrentar las catástrofes en Chile

79 Si bien nuestro país presenta un lamentable historial de aluvio- nes con pérdida de vidas humanas, viviendas e infraestructura pública y privada. Es posible apreciar la alta recurrencia de estos eventos a contar durante la última década, concentrán- dose, preferentemente, en el norte y centro del país, derivados de lluvias “cálidas” e intensas que provocan inundaciones y remoción de masa. 1.1 Norte de Chile. Marzo de 2015 El 25 de marzo de 2015, diversos aluviones azotaron el Norte Chico de nuestro país. Atacama fue la región más afectada con 31 víctimas fatales, 16 desaparecidos y más de 16 mil damni- ficados, causando una importante destrucción en viviendas e instalaciones públicas, así como cortes de camino entre estas lo- calidades, con pérdidas estimadas en en US$1.500.000.000 46 . Una situación inusitada, única y sorpresiva, que generó una lluvia “caliente” que tuvo como consecuencias la lamentable pérdida de vidas humanas y enormes destrozos que fracturaron la vida de diversas ciudades y localidades. Afectó a buena parte de nuestra geografía nortina, generando también importantes dificultades de suministro de agua potable y daños severos, de tipo estructural, en los principales sistemas de alcantarillado. Como consecuencia de las precipitaciones los mayores proble- mas se produjeron en la ciudad de Copiapó, por un aumento considerable del caudal del río Copiapó, que no presentaba escurrimiento en la ciudad desde hace más de 10 años. Esto se debió, fundamentalmente, al aporte de las Quebradas Paipote y Cerrillos, habitualmente secas, por lo que no forman parte de la red hidrométrica nacional. La crecida de estas quebradas 46 SERNAGEOMIN (2017): Principales desastres ocurridos desde 1980 en Chile. normalmente secas, provocó, aparte del aumento de caudal, una remoción en laderas de materiales sólidos y escombros en general, que generaron una masa aún mayor de agua-sólidos, que en términos generales se traduce en mayores y dañinas crecidas en los cauces principales. Este mismo fenómeno es el que ocurrió en el Río Salado, que también habitualmente está seco, con las consecuencias ya co- nocidas en la ciudad de Chañaral. En el caso de la cuenca del río Huasco, también afectada por precipitaciones importantes, los ríos tuvieron aumentos significativos en sus caudales sin que se hayan detectado desbordes y estos recursos hídricos fueron almacenados en el embalse Santa Juana. No obstante, la ac- ción de las lluvias ocasionó remoción y arrastre de escombros, en quebradas afluentes a los cauces principales. Entre los elementos más característicos de esta catástrofe en la región de atacama se encuentran: • Precipitación tuvo un superávit de 500% respecto del pro- medio anual. • 29.741 personas damnificadas, 2.071 viviendas destruidas y 6.254 dañadas. • 490 kms. de ruta interurbana afectada. • Interrupción del suministro de Agua Potable Rural • Colapso del 47% de la red de alcantarillado. En Chañaral, el torrente aluvional dividió la ciudad en dos, alterando severamente la conectividad en la ciudad y el sentido Norte Sur de la ruta 5. Otro tanto ocurrió desde Copiapó al valle desde Paipote, y la difícil conexión con Tierra Amarilla,

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