Cambio climático y desastres naturales : acciones claves para enfrentar las catástrofes en Chile

43 fundada en una adecuada trazabilidad de proceso productivos y con tecnologías más naturales. Se abren así nuevos merca- dos y hasta un pequeño productor agrícola puede encontrar mejores precios y mercados. Ciertamente esto requerirá de un apoyo sistemático de las instancias públicas encargadas del fi- nanciamiento, la capacitación y las trasferencias tecnológicas a los sectores de pequeña producción. Del mismo modo, tenderá a imponerse la cooperatibilización de la pequeña y mediana producción y a comprometer, más a fondo, a los productores agrícolas de gran tamaño y exportadores. La experiencia internacional, variada y diversa, como ha siste- matizado la FAO, como entidad multilateral, permite sostener que es posible transitar hacia nuevas formas productivas en la agricultura y los cultivos alimentarios. La Pesca es un sector que ha tenido un desarrollo productivo bastante crítico en el mundo. Las técnicas invasivas respecto de los sistemas oceánicos y costeros, están agotando muchos recur- sos. Un mejoramiento de las “artes de pesca” debe imponerse para la propia sustentabilidad de la actividad. En Chile, ello se expresa claramente en la salmonicultura, una actividad expor- tadora clave, pero que muestra importantes dificultades en el uso masivo de antibióticos y las cíclicas presencias de virus que atacan la producción. Este sector, en definitiva, también debe ajustar sus modalidades productivas, lo que incluye una protec- ción fundamental de las áreas marítimas de producción para índices mejores de sustentabilidad. La renovación importante productiva en la salmonicultura, des- pués de la severa crisis del virus ISA en 2008 y 2009, ha dado lugar al establecimiento de “barrios de cultivos”, al uso más adecuado de controles biológicos y a procesamientos que han desechado las locaciones lacustres. En el ámbito de las pesque- ras artesanales los avances son aún muy insuficientes, por lo ni- veles de apoyo público requeridos en crédito, comercialización e infraestructura, pero es un camino con posibilidades futuras si nos atenemos a varias experiencias europeas satisfactorias. Señalamos que el Comercio y los Servicios son actividades pro- ductivas cada vez de mayor importancia relativa en producción y empleo en el mundo. Estas actividades terciarias producti- vas que concentran interesantes tasas de empleo femenino y joven, están también requeridas de “cambio tecnológico” en el contexto del Cambio Climático. La reducción de los reque- rimientos del trasporte y las comunicaciones pueden hacer allí un importante aporte. Es posible que junto a las ideas del “Comercio Justo” surjan modalidades tecnológicas que ahorren energía, desplazamien- tos y esperen la congestión comercial de los grandes centros. Se va produciendo en países más desarrollados un formato ade- cuado de una escala pequeña y hasta familiar del comercio. El hotelería es un campo adecuado y fructífero al efecto. En materia de comercio, asistimos a un incremento de esta ac- tividad a nivel internacional, nacional y regional, la que está generando importantes niveles de actividad y cuya expansión es sostenida en el tiempo. Se activa con ello el trasporte, factor clave de la “huella ambiental y de carbono” para propósitos del cambio climático. En estos casos, se comienza a promover las formas de transporte más limpias y sustentables, como está ocu- rriendo con la fuerza con que se impulsa el electro movilidad y nos podemos ir independizando del petróleo. Así el intercam- bio comercial deberá transitar por “rutas y tecnologías susten- tables”, lo que abaratará costos a largo plazo y permitirá una

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