Cambio climático y desastres naturales : acciones claves para enfrentar las catástrofes en Chile

167 Es más compleja la relación con los pequeños y medianos producto- res forestales, con los que se “comparte el bosque” y los riesgos aso- ciados a su complejo y delicado manejo y gestión. Es precisamente por ello que se hace indispensable una acción colaborativa eficaz y pormenorizada, intermediada y apoyada por la red de instituciones públicas que apoyan, capacitan y dan ayuda crediticia a medianos y pequeños productores. Ciertamente que ello requiere que los propios pequeños y, medianos actores de la producción forestal se asocien en- tre si y tengan entidades organizadas estables y permanentes que fa- vorezcan la relación de cooperación con la gran industria. Superar la atomización de actores productivos menores es condición para llevar a cabo acciones de envergadura para la totalidad del sector. Aquí es donde nuevamente el INDAP, laCONAF, las instancias de desarrollo estatal comoCORFOy Sercotec, juegan un rol fundamental. Agru- paciones Inter-empresas, cooperativas y organizaciones territoriales de pequeños productores facilitan la tarea. Entre los temas de indispensable cooperación distinguimos: a. La prevención contra Incendios, que supone adoptar proto- colos de acción que deben ser asumidos por el conjunto de los actores productivos forestales, dado el importante riesgo asociado, y que requieren capacitación, procedimientos y la difusión exhaustiva y eficaz hacia las comunidades pobladas de las acciones preventivas; b. Los procesos de plantación, privilegiando en cada territorio, las especies más adecuadas, y que se encuentren respaldadas por evidencia científica probada por las instancias públicas pertinentes, a objeto de asumir una especialización cada vez más optimizada de la producción territorial forestal; c. Las medidas de cuidado y mantención del bosque, especial- mente para minimizar la ocurrencia de incendios y su propa- gación, mediante raleos adecuados y la limpieza, esenciales para los meses anteriores a las temporadas estivales; d. La asistencia técnica y formativa en las Brigadas contra incen- dios, conformadas de modo colaborativo y tener capacidad de respuesta conjunta en las diferentes urgencias que se presenten; e. La planificación y el ordenamiento territorial de las diferentes zonas forestales, favoreciendo un poblamiento más seguro y la adopción de medidas preventivas (distanciamientos, cortafue- gos y zonas de riesgos) que sean eficaces. Controlando, ade- más, el poblamiento informal e irregular y, f. Capacitación sobre la experiencia sistematizada de catástrofes anteriores, para que en conjunto se puedan elaborar los Ma- pas de Riesgo y amenazas que serán instrumentos claves en la prevención futura de desastres. Son ejemplos de materias objeto de colaboración, las que sólo rescatan algunas “tareas conjuntas” que y en donde grandes em- presas deben hacer la mayor aportación en recursos, capacitación, asistencia técnica y responsabilidad ambiental y territorial. El sólo hecho de compartir experiencias pasadas y sus lecciones favorecerá la integración efectiva del conjunto de los productores forestales. Con todo lo anterior, es posible hablar de un “nuevo modo pro- ductivo forestal” o a lo menos, de un conjunto de adecuaciones productivas que leen con rigurosidad los desastres ocurridos, y que apuestan decididamente por una producción ambientalmente sus- tentable y que minimizan riesgos que seguirán existiendo como re- sultado de las variaciones del cambio climático que se acentuarán en el futuro inmediato.

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