Cambio climático y desastres naturales : acciones claves para enfrentar las catástrofes en Chile

143 con otras catástrofes a nivel internacional, deja en evidencia la no- table capacidad de respuesta chilena, de gran sentido profesional, adecuada coordinación público-privada, capacidad de mando y acciones inmediatas que permitió establecer resguardos a la po- blación. Si bien hubo que lamentar la pérdida de vidas de algunos compatriotas, su cuantía es considerablemente menor a las regis- tradas en otras latitudes, incluso con incendios menos devastadores que esta “tormenta de fuego”. El fuego avanzó en muy pocos días desde las regiones del centro país hasta la región de la Araucanía, con un violencia e intensidad nunca vistas. En la noche del 25 al 26 de enero la tormenta de fue- go avanzó a una tasa de 8.240 ha/hora, lo que equivale a 115.000 ha (1,6 veces la superficie de Santiago) en 14 horas, presentándose, al interior del incendio, vientos de hasta 130 km/h. Esta tormenta de fuego se caracterizó por la alta simultaneidad de incendios, pro- pagándose a gran velocidad, intensidad y continuidad, superando los 30.000 KW/m hora y provocando, al mismo tiempo, la mo- dificación del clima a nivel mesoregional, afectando un radio de alrededor de 600 km, incrementando la temperatura y bajando la humedad relativa 131 . Asimismo, cabe hacer presente el negativo impacto ambiental de esta catástrofe a través de su emisión de gases invernadero. Se esti- ma que se produjo alrededor de 80 millones de toneladas de CO2, equivalentes a 3,5 veces el total de emisiones del parque automo- triz chileno 132 . 131 Cavieres, Aaron. Ingeniero Forestal y M. Sc. In Forestry de la Universidad de Wisconsin.( Director Ejecutivo de la Corporación Nacional Forestal, CONAF al momento del megaincendio). Artículo: “Los incendios forestales y sus consecuencias en los ecosistemas”. Presentación efectuada en Seminario CEP: Incendios forestales. Implicancias de política pública. Septiembre 2017. 132 CONAF (Febrero de 2017): “Descripción y Efectos Tormenta de Fuego, 18 de enero al 5 de Febrero”. esta tragedia; los importantes esfuerzos de organismos públicos, del sector privado y de miles de ciudadanos anónimos, para acudir en ayuda de los más afectados en la emergencia, y el plan de Recons- trucción, que tuvo como foco principal la localidad de Santa Olga, en la comuna de Constitución, que fue totalmente arrasada por el fuego, y que gracias al esfuerzo gubernamental y de instituciones del sector privado y de voluntariado, presenta en la actualidad un importante nivel de reconstrucción, con un alto estándar, como fue el compromiso de la Presidenta Michelle Bachelet, al instruir la reconstrucción de dicha localidad, en el mismo lugar, con un es- tándar superior de viviendas y equipamientos comunitarios y con extremas medidas de seguridad para la población frente a nuevas situaciones de riesgo. Si perjuicio de lo avanzado en la publicación antes mencionada, cabe recordar las cifras globales de la tragedia como una forma de dimensionar su magnitud, en un contexto de revisión de las políticas de ordenamiento territorial, nacional, regional y local y, en un marco de un cambio climático cada vez más amenazador y que, salvo un cambio radical en las conductas ciudadanas y de los gobiernos, seguirá aumentando el calentamiento global y, con ello, la frecuencia de catástrofes y tragedias mundiales como la que afecta en estos días a la Amazonía, y sólo algunos meses antes de la XXV Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU (COP 25), a realizarse en Chile en el mes de Diciembre de este año 2019. El megaincendio del Centro Sur de Chile del verano del 2017 es reconocido como el cuarto más devastador a nivel mundial en los últimos 15 años, con más de 500.000 hectáreas consumidas, con alrededor de 400.000 de ellas de importante riqueza forestal. Fue extinguido en un periodo de entre 20 y 23 días y con la dolorosa pérdida de vidas de 11 personas, la mayoría entre quienes comba- tían la Tormenta de Fuego. Sin embargo, una rápida comparación

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