La tormenta de fuego y la Nueva Santa Olga

La destrucción dejada por la Tormenta de Fuego en la zona central del país obligó a las máxi- mas autoridades, desde la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, hasta organismos de Estado como la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (ONEMI) y la Corporación Nacional Forestal (CONAF), el Ministerio de Obras Públicas (MOP) y el Mi- nisterio de la Vivienda y Urbanismo (Minvu), entre otros, Fuerzas Armadas, Carabineros y la PDI a coordinar y acelerar esfuerzos para, primero, controlar el fuego y evitar mayores daños materiales y, por sobre todo, la pérdida de vidas humanas, para casi de manera simultánea hacerse cargo de contener y apoyar a los miles de compatriotas que vieron como las llamas no sólo arrasaron con sus viviendas y animales, sino que también destruyeron – en la mayoría de los casos – sus fuentes de trabajo. La situación era tan complicada que la Mandataria, junto con declarar zonas de catástrofe a los territorios afectados, instruye para que parte importante de su gabinete se constituya en terreno para coordinar la acción de apoyo a los afectados. Una vez controlada la Tormenta de Fuego, el Gobierno anunció un conjunto de medidas de apoyo directo para las familias que perdieron sus hogares y enseres, asumiendo el compromi- ACCIÓN COORDINADA FRENTE A LA EMERGENCIA. 93

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=