La tormenta de fuego y la Nueva Santa Olga

47 tir estrategias de solución en conjunto; acompañamiento en los diseños y haciendo que se reúnan y trabajen juntos muchos per- soneros que estaban arraigados en una práctica compartimenta- da. Los celos institucionales, los protagonismos personales (una catástrofe compleja es una “oportunidad comunicacional”) y las prácticas burocráticas atentan severamente respecto del logro de confianzas genuinas. Esto es método y trabajo. Método en el sentido de crear una mecánica donde los diferentes actores sean protagonistas efectivos de las soluciones, lo que es posible solo si hay claridad estratégica y hay desafíos que se entiende como mutuos. Donde empiezan las viviendas Servius y las viviendas de Desafío Levantemos Chile, cuando en la práctica están más o menos en el mismo lugar, los diseños son similares y la mecánica de construcción y el trato a las familias bastante parecido. Se va creando una “fusión de propósitos” cuando el Liceo y el jardín dejan de ser “de Educación”, aunque se respete que allí se defi- ne el marco normativo y de política. Y se llega a que hablemos de un liceo coeducacional, con especialidades, lo que requiere un diseño complejo que demorará meses y que implicará unos seis anteproyectos de diseño a ser debatidos ardorosamente con la comunidad escolar y con las dirigentas. Y de esos debates, cargados de emoción, frustraciones y débiles esperanzas, no se sabe bien quien es de Educación, quien del Municipio, quien de Desafío o del Gobierno Regional. No es que los roles se inter- cambien y se inicie la confusión, porque precisamente el “debate conjunto” termina creando una solución compartida, que no es de compromiso, porque después de muchas interacciones es el diseño al que llegamos. Y muchos hablamos de cuanto nos cos- tará y no de cuanto le costará a los de Desafío. Pero, porque hay claridad estratégica compartida, porque tenemos el “mono” que nos guía y porque, poco a poco, a cada cual le toca un rol en un rompecabezas común. Son muchos los trabajos que implican dedicación, profesionalis- mo, paciencia y afectos, los que se van construyendo en el traba- jo codo a codo, cara a cara. De allí nace también la confianza. Las familias no necesitan ni Autoridades ni Privados que “vie- nen y se van”, que sólo dan conferencias de prensa y trabajan para quedar bien “en la foto”. Necesitan directivos cercanos, que comparten con ellos hasta sus propias incertidumbres y que cumplan con la palabra empeñada. Eso significa mucho trabajo, mucha presencia, porque también hay que superar los prejuicios que todos poseemos y que nuestras trayectorias institucionales diversas también tienen. Trabajo, trabajo y trabajo, con buena orientación estratégica y con responsabilidades establecidas y bien acordadas, son capaces de mucho. Cada éxito parcial va construyendo el éxito “en cadena”. El proyecto del Agua Potable es un muy buen ejemplo. Casi en tres meses, con mucha convicción y trabajo de la DOH re- gional, se tiene un proyecto diseñado para impulsar agua por tuberías de más de 15 kilómetros. Con una DOH de “Capitán a paje” tras el proyecto. Con una DIPRES que valora la dona- ción del acceso al Agua en el rio Maule y que valora también la gestión con Qatar. Con la gente que capta que la donación por los incendios que realizaron los funcionarios del MOP se destina a la mantención de la Cooperativa y. que el trabajo de emergencia de la DOH regional permite tener un sistema con agua mínima disponible durante toda la reconstrucción, como efectivamente ocurrió. Además, en Constitución, que tiene a su haber una reconstrucción del 27F donde ha habido por años complejidades sin solución definitiva. En una ocasión, y hubo muchas, el alcalde Valenzuela confiesa a las dirigentes que él nunca creyó en lo que el Coordinador Galilea dijo que iba a hacer, y que los hechos le habían demostrado lo con-

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