La tormenta de fuego y la Nueva Santa Olga

195 d. La actitud de las empresas como conjunto, se debe dar también en cuestiones relativas a mejorar la prevención, dotar a los procesos productivos de cuidados y estandartes superiores y en materias importantes de la acción recons- tructiva, como las demandas de acción eléctricas, de servi- cios, de aguas y de las instalaciones constructivas tiene una expresión concreta para la demanda reconstructiva; e. Se debe reforzar la cooperación asociativa entre los equi- pos gerenciales y profesionales privados, muy destacable en la preinversión y diseño de proyectos e iniciativas em- blemáticas y en la construcción de aprendizajes conjuntos para el enfrentamiento de catástrofes a futuro; esa relación debe extenderse a reuniones periódicas con los elencos profesionales y directivos públicos, para favorecer la efi- ciencia de la acción asociativa, y f. Se observa crecientemente que, salvo en los casos de ins- tituciones que organizan la solidaridad y trabajan con do- nantes privados amplios y vinculados a la TV, las empresas hacen contribuciones y donaciones en un plano de mo- destia y austeridad, lo que favorece que no sea entendida como publicitaria; las empresas con fuerte arraigo terri- torial llevan la vanguardia en esa destacable actitud, que debe reforzarse. 6. La Coordinación Pública Superior, condición clave para los avances. Aquí corresponde sacar lecciones como Estado y como Gobier- no. En el nivel del Estado, las instituciones permanentes, como las Fuerzas Armadas y Carabineros han jugado un rol esencial, no solo en materia de orden público, sino en abastecimientos; en el despliegue eficaz y oportuno de sus dotaciones y equipos y, reforzando sus labores habituales. Eso es válido también para ins- tituciones como Contraloría en la revisión sumaria de procedi- mientos, el Consejo de Defensa del Estado en materia de protec- ción del interés fiscal, la actuación de las Fiscalías y la operación de las investigaciones de las Policías sobre responsabilidades en los siniestros. Así, las catástrofes y los fenómenos reconstructivos deben mostrar siempre una acción estatal conjunta. La responsabilidad gubernamental es inmensa e insustituible en estas catástrofes. Y ciertamente ello es reconocido y demandado por la ciudadanía y los medios de comunicación, ya sea en un tono crítico como constructivo. Ello incluye principalmente al nivel cen- tral del Gobierno, pero crecientemente incorpora a los Gobiernos Regionales. Interesa obtener lecciones sobre materias de diverso orden, como: a. La necesidad de definir un curso estratégico en cada catás- trofe es absolutamente fundamental; la orientación general, por ejemplo, la definición presidencial de “salvar vidas” res- guardando los asentamientos poblados como el centro de la acción contra la Tormenta de Fuego, fue absolutamente cla- ve; ese tipo de estrategia ordenadora también se expresó en la disponibilidad presupuestaria (básicamente reasignaciones) y en una destinación muy preferente de recursos directivos y profesionales en la catástrofe y la reconstrucción; b. La opción de acción conjunta con las Fuerzas Armadas y la oportuna declaratoria del Estado Constitucional de Catástro- fe contribuyó notablemente a la eficacia de la respuesta gu-

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