La tormenta de fuego y la Nueva Santa Olga

173 de igual a igual” (18), y los equipos del nivel central, regio- nal, local y de la comunidad. “Un gran trabajo de la Danie- la Soto y Verónica Baeza del MINVU, porque lo hicieron en pocos días y tiene plena vigencia hoy, fue un acto de mutua confianza con la gente” (100). Todos ellos, con la mi- rada vigilante de las dirigentes, nos comprometimos. “Algo sencillo, pero muy verdadero” (29). El Alcalde Valenzuela dijo después, que “no creía mucho, pero firmé…, después empecé a creer de verdad” (133). Creo que eso interpreta a prácticamente todos los participantes en dicho evento. Fue- ron unas dos horas de debate duro, porque las dirigentas tenían dudas, especialmente de que ese “mapa” se pudiera materializar, si habría financiamiento, si los privados coope- rantes iban a cumplir, si se iba a hacer los diseños y muchas cosas más. “Si los bonos demoraban que era la ayuda direc- ta, imagínense toda la Nueva Santa Olga completa y valori- zada” (62). “La explicación del sistema de agua potable que se estaba trabajando con Arauco fue clave” (116). “Que el Subsecretario prometiera que habría carretera soterrada y que se iba a unir a Los Aromos con Santa Olga, también fue decisivo” (7). 22. Sobre el papel específico desempeñado por el Municipio de Constitución, la gran mayoría de los Informantes lo va- loran, tanto en la fase del Megaincendio, como en la reha- bilitación de servicios fundamentales y la posterior recons- trucción. “Se trabajó arduamente, con mucho apoyo del Gobierno, con harto compromiso y en favor de las familias afectadas que siempre estuvieron en el centro” (86). “Una acción titánica y cotidiana, un esfuerzo tremendo, donde el Municipio estuvo muy apoyado en personal, profesional y ayuda de los privados” (82). “Una reconstrucción única en Chile y el Municipio no podía desaprovechar esta opor- tunidad” (20). Las referencias principales son al Alcalde, a los directivos de las diferentes dependencias municipales y a la actitud mediadora respecto del Gobierno y las empresas colaboradoras. “El Alcalde y el Municipio y sus instancias administrativas apoyaron y trabajaron bien codo a codo el Gobierno y con los privados” (91). “El Alcalde resistió tam- bién las presiones de su sector político, pero en ocasiones tuvo actitudes más conflictivas, afortunadamente episodios menores” (141). Los concejales siempre aportaron, aun- que su rol fue opacado por el propio Alcalde, aunque igual consiguieron verse como un equipo unido” (91). También se deslizan algunas críticas menores, las que se relativizan siempre cuando se reconoce la carencia de medios y recur- sos del propio Municipio. “El Municipio podría haber dado más en preparar y afinar proyectos. En la mayoría de los proyectos claves en Santa Olga, como el APR, el Municipio fue un espectador distante” (141). La Dirección de Obras Municipales es el blanco de críticas de algunos colabora- dores privados, ya sea por sus procedimientos o su rigurosi- dad, entendida como excesiva. “El DOM actuaba rigurosa- mente, después de todo si después se detectan problemas, la responsabilidad es de él” (2). “El DOM tiene procedimien- tos complicados y poco personal y eso atentaba respecto de su eficiencia” (97). Se comprende también que el Municipio debía enfrentar demandas de muchos territorios aledaños, más allá de Santa Olga, y que sus autoridades debían equi- librar su atención. Algunos informantes manifiestan quejas respecto de un discurso municipal distinto entre lo público y lo privado. En los tiempos políticos próximos a las elec- ciones, el Alcalde reconocía menos el trabajo coordinado y eficiente con el Gobierno” (82). También dichas quejas

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