La tormenta de fuego y la Nueva Santa Olga

163 ducción del MOP” (8). “Esos cortafuegos nos salvaron del desastre” (65). La Seremi MOP de O’Higgins efectúa una valoración muy alta del trabajo realizado, cuando declara: “Conside- ro que es un récord por donde se analice, decir lo contrario es restar mérito el trabajo realizado y a los que trabaja- ron incansablemente tanto en la emergencia como en la reconstrucción. Estamos hablando de una catástrofe nun- ca antes vivida, sin metodologías ni experiencias previas. Si a ello se suman los resultados en cantidad de poblados resguardados, de vidas humanas protegidas, en cantidad de kilómetros de cortafuegos, en cantidad de máquinas desplegadas, Bomberos, Ejército, Carabineros, PDI, Mi- nisterios y Servicios Públicos, Municipios, Privados, etc., es sin duda una experiencia sin precedentes, que amerita ser analizada y evaluada, porque sin duda permitirá mejorar todo lo que puede y debe ser perfectible” (117). La Directora de Vialidad del Maule, Carolina Fernández efectúa un juicio bien compartido: “en días, dos semanas máximo, superamos los 140 km de cortafuegos, con un gran compromiso de nuestra Administración Directa y los Globales” (40). Se valora el papel natural de las grandes empresas fores- tales, la CMPC y Arauco, que jugaron roles fundamenta- les en la fase álgida del combate al fuego y en la posterior reconstrucción las que, a través de CORMA, llevaron a cabo un rol fundamental, de apoyo a todas las empresas menores de la cadena productiva de la madera. Eso ocurre con muchas entidades privadas en la distribución y cadena logística que permitió llegar a zonas tan apartadas. Allí se observó, en todos los territorios siniestrados, una colabo- ración activa de industrias distribuidoras y productores de alimentos, de las grandes cadenas de distribución comer- cial, de las empresas de generación y distribución eléctrica, de los operadores principales en telecomunicaciones y de empresas mineras de primer orden en el país. Muchas de esta cooperación tenían que ver con empresas de fuera de las regiones y se mantuvo sostenidamente en la reconstruc- ción de Santa Olga. Destaca significativamente el rol de las empresas eléctricas y en particular el juicio que emite la entonces Subsecreta- ria de Energía: “El Convenio con CGE Distribución del 12 de mayo de 2017 fue la antesala para asegurar en la Fase de Reconstrucción la habilitación de redes definitivas de Santa Olga, esto es, la construcción de las redes de distri- bución de electricidad mediante la instalación de postes de concreto hormigón y redes de distribución de media y baja tensión –con tecnología de punta– y de las subestaciones de distribución necesarias para energizar las viviendas de- finitivas de uso habitacional, incluyendo la construcción e instalación de empalmes domiciliarios. Según se informó al registrarse los incendios, unos 46 sis- temas de abastecimiento de agua potable (APR’s) en zonas rurales que abastecían a cerca de 12 mil familias se habían visto afectados por los siniestros. La gestión ministerial en esta línea de trabajo, con perspectiva de futuro, se centró en identificar junto con MOP los APR’s afectados en tor- no a articular tempranamente el diseño de un Programa de Reconstrucción con base en Energías Renovables (pues

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