La tormenta de fuego y la Nueva Santa Olga
162 La Visión de los Actores: una aproximación cualitativa de 146 informantes claves en un futuro debamos frente a situaciones de esta misma naturaleza, lo que yo esperaría, es que quien enfrente esta situación tenga también la suficiente visión y el suficiente carácter para aprender estas lecciones más que para criti- carla sino para establecer los aprendizajes necesarios (141). 10. Una de las observaciones fundamentales y de gran coinci- dencia entre los Informantes, fue la cooperación y asocia- ción entre el sector público y el privado. La mayoría de los consultados señalan que esta acción colaborativa, por el vínculo establecido, marca un “antes y un después” en la relación público-privada. Se sostiene, “teníamos un traba- jo previo, pero allí y ahora, hay una verdadera cultura del trabajo asociativo” (18), “los privados trabajando como conjunto y no individualmente” (129), “la potencia del trabajo conjunto simplifica la eficiencia y los resultados” (49), “fuimos capaces de entendernos y hacer confianza en la relación público-privada” (51). A ello, habría con- tribuido desde el inicio la claridad de la ayuda y coopera- ción solicitada por los entes gubernamentales, la respuesta privada propia de una catástrofe inédita que genera una reacción natural de apoyo, pero que “se estructuró y cana- lizó en términos prácticos y específicos” (108). Se recuerda “el rol de las empresas constructoras y empresas públicas en la construcción de los más de 500 kilómetros de cor- tafuegos” (118), de apoyo esencial a la protección de los asentamientos poblados y actividades estratégicas, como el sostén de una “faena extraordinaria” que se desarrolló en días. Varios Alcaldes valoran muchísimo este esfuerzo. “Se hizo algo que no se había hecho nunca” (77). “Una labor efectuada rápida y oportunamente” (76). “muchas maquinarias, equipos y operadores y una notable con- campamento de Santa Olga donde confluían la totalidad de las instituciones” (119). También se valoran “las campa- ñas de ayuda, que fueron masivas, oportunas y con muchos recursos directos a las familias y que fueron organizadas por los medios” (125), “mucha información clave para las evacuaciones y para la organización y gestión de los alber- gues” (110). La prensa escrita es también bien valorada por la información completa y precisa y continua, reflejada en nuestro seguimiento de El Centro de Talca, el Rancagüino de Rancagua y El Sur de Concepción, entre otros medios regionales. En esos casos, la información y relevancia del tema se mantienen por meses y naturalmente se extiende en el proceso de reconstrucción. “Los medios de comunicación estuvieron a la altura, sobre todo la radio” (106), “poco sensacionalismo, aunque las imágenes del fuego hablaban por sí solas” (51) y también se destacan opiniones como “desde marzo los únicos medios eran la prensa, TV y radios locales” (141). En opinión del Seremi Marco Villagra, “Los medios mo- nitorearon la tragedia en todas sus dimensiones, con el dramatismo que correspondía a las circunstancias. Poste- riormente, sobre todo los medios locales y regionales, va- loraron la suscripción del plan maestro de Santa Olga y siguieron la reconstrucción con una mirada abierta y opti- mista” (141). También destaca la valoración comparativa de la catástrofe chilena cuando expresa: “Estamos viendo la situación de cambio climático, cuando estamos cono- ciendo lo que ocurre en otros países con gran cantidad de muertes, en Grecia, los incendios de California, estamos viendo que está cambiando esta situación y probablemente
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