La tormenta de fuego y la Nueva Santa Olga
161 8. Se valora, de modo relevante, el papel desempeñado por la población afectada y sobre todo sus organizaciones vecina- les. Entendiendo las complejas y angustiantes circunstan- cias que se vivieron, la población fue un “activo favorable” y no se impusieron ni las protestas ni la recriminación que tanta justificación pueden tener en tan duras circunstancias. Los informantes destacan la organización de las familias y el tipo de relación histórica y habitual con sus Municipios y los servicios públicos con los que trabajan. Ello “facilitó un rol clave de las organizaciones en el chequeo de dam- nificados y afectados en términos productivos, laborales y habitacionales” (117). Ello “favoreció conocer la magnitud y los efectos de la catástrofe en las familias, identificándo- las incluso en un territorio rural de poblamiento disperso” (31). La comunicación con las respectivas autoridades fue directa y en ocasiones compleja, pero siempre centrada en la búsqueda de soluciones a problemas bastante precisos. “Las mesas de trabajo que se constituyeron en los diferen- tes territorios y zonas afectadas demostraron ser una me- cánica de gestión participativa, activa y precisa, canalizán- dose las demandas e inquietudes de las familias afectadas. Ello es especialmente importante en Santa Olga donde la reconstrucción es definida como un “modelo de trabajo participativo, concreto y conjunto con la autoridad” (95), como “una mecánica práctica de trabajo conjunto o como una manera, a veces conflictiva, pero la mayor cantidad de veces muy positiva y esperanzadora” (97). Interesante la apreciación de la Ministra Saball sobre el rol de las familias afectadas y su dirigencia organizativa: “La or- ganización previa jugó un rol determinante en la participa- ción directa de la comunidad en el diseño del plan de recons- trucción, la perseverancia de las dirigentas facilitó el control de los acuerdos y de manera significativa en el control social en la asignación de los beneficios. Ha sido un proceso de re- construcción que ha concitado la mayor participación de la comunidad. La mesa de trabajo y el Plan Maestro son ex- periencias dignas de sistematizar”. En particular, el rol clave de las dirigentas en la reconstrucción de Santa Olga: “Des- tacable la construcción de una visión común (Plan Maestro), participación de todos los actores, calidad de la solución (de la precariedad inicial a una localidad urbanizada, segura, sustentable), valorización de los bienes públicos (calles, pla- zas, salud, cancha, sede social, educación) creo que lo que hay que resolver es el empleo” (114). 9. Existe una dispersión mayor de opiniones sobre el rol desempeñado por los medios de comunicación. Se valo- ra de modo unánime el rol de la radio, especialmente las emisoras locales y la corresponsalía radial de las emisoras nacionales. La instantaneidad de ese medio favoreció la in- formación rápida, y ágil, que hizo posibles “procesos de evacuación bastante seguros y muy valorados por las fa- milias” (37). Varios informantes tuvieron allí un medio de información entre las familias, sobre todo de aquellas que se encuentran en localidades apartadas. Sobre el rol de la TV, las opiniones son más dispersas, se valora la cobertura nacional permanente en los “10 a 12 días críticos”, aun cuando algunos reparan en el tono a veces más alarmante. Pero, nadie duda que la TV tuvo un rol central en la difu- sión nacional e internacional de la catástrofe y “vehiculizó el apoyo de instituciones de ayuda y cooperación solidaria” (13), la que todos valoran significativamente por su rapi- dez y justeza. Todos recuerdan “las transmisiones desde el
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