La tormenta de fuego y la Nueva Santa Olga

158 La Visión de los Actores: una aproximación cualitativa de 146 informantes claves El Contra Almirante Gómez, responsable militar en el Bío- Bío (53), rememora, “Teníamos varios frentes de fuego si- multáneos, todos gravísimos y con amenazas de expansión a zonas pobladas en la zona de Florida, en Quirihue, en Portezuelo, San Nicolás y en Menque vivimos las situacio- nes más graves. Requirió mucho coraje y mucha coordina- ción de medios y de equipos humanos trabajando al límite. Y así se hizo, tenemos una gran enseñanza a futuro”. El General Núñez aporta un testimonio valioso cuando es- cribe: “En la Región de O’Higgins el desastre se enfrentó con el esfuerzo, sostenido, coordinado, decidido e inagota- ble del Gobierno, los privados, la ciudadanía y sus Fuerzas Armadas y de Orden. Fueron ellos unidos los que evitaron la pérdida de valiosas vidas y los que alejaron el fuego de centenarios pueblos como Lolol, Pumanque, Santa Cruz, Pichilemu, Marchigue, Navidad y Puyalli; fueron ellos los que iniciaron la reconstrucción desde las cenizas, fueron el cuerpo y alma de un Chile dolorido pero de pie” (89). 5. Sobre el rol de los Municipios en la catástrofe, la rehabili- tación y la reconstrucción, también existe una valoración positiva bastante mayoritaria. Aunque no hayamos podi- do ampliar la muestra a muchos Municipios y sus voceros, se reconoce allí un rol insustituible en el reconocimiento de las familias afectadas, en la gestión de los albergues, en los catastros de perdidas, necesidades y requerimientos, en el apoyo a la organización de los voluntarios, en las cues- tiones logísticas y en el trabajo directo con las dirigentes comunitarias y en la gestión de la ayuda inmediata a los damnificados. Los ediles insisten, de modo prácticamente unánime que, de poseer mayores recursos profesionales y trabajo del Ejército en el “campamento Santa Olga” (133) como un hito clave del pasaje desde el término de los incen- dios a la rehabilitación de los servicios básicos, la organiza- ción de las familias y el inicio del esfuerzo reconstructivo. Las sucesivas evacuaciones en Santa Olga hasta la final previa al incendio que la devastó totalmente, es reconocida como una operación “impecable, urgente y ejecutada con oportunidad y precisión” (64). En Curepto hubo orden de evacuación, que no se hizo efectiva “después de un diálogo ardoroso con el General Iturriaga y mientras hacíamos un cortafuego de 20km que rodeó y defendió todo el pueblo (30). Magnífico es el tra- bajo en Empedrado, donde con más de 90% se la comuna arrasada por el fuego se protegió el pueblo con un sacrifi- cio al límite” (16). Sin el apoyo de las FFAA y Carabineros, esas evacuaciones y esas defensas de los centros poblados, “no habrían sido posibles” (52). Relevante el comentario de Alicia Cebrian: “La coordi- nación para el combate de los incendios forestales existe de manera permanente en nuestro país, a través del Sis- tema de Protección Civil. Es así que CONAF, Bomberos, ONEMI, Fuerzas Armadas y Policías, cada temporada se coordinan y establecen estrategias nacionales y regionales para enfrentar los eventuales incendios que pudieran ocu- rrir en los territorios. Fue dicha experiencia de coordina- ción existente, lo que permitió el trabajo en conjunto y la adecuación de los protocolos y las operaciones a la hora de enfrentar una situación nunca antes en vista en materia de incendios forestales en nuestro país.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=