Cambio climático y desastres naturales : una perspectiva macroregional

245 La Macroregión Central y el entorno del Gran Santiago: la amenaza de la desertificación y losmegaincendios y sus ciu- dades frágiles. La Macroregión Centro está dominada por la conducta metropo- litana del Gran Santiago, el eje central de continuo de actividad comercial ,agrícola y de servicios especializados y por la trasver- sal hacia Valparaíso y San Antonio. Es un territorio que ha sufri- do una desertificación creciente y un grave déficit estructural de Agua (para riego agrícola y hasta para bebida de la población), lo que ha acentuado desequilibrios severos en los distintos eco- sistemas, desplazando hacia el Sur algunos cultivos y actividades agrícolas , con alta concentración de producción manufacturera y una fuerte congestión y contaminación atmosférica. Ello define una macroregion de fuerte influencia metropolitana y de fortale- cimiento paulatino en los centros poblados intermedios, con una movilidad creciente de integración urbano-rural, propias de paí- ses de mayor desarrollo relativo. La metrópolis de Santiago, con su configuración, estructura es- pacial y social segregada, serán los fundamentos de un análisis para un trabajo especializado posterior. Los riesgos de desastres naturales metropolitanos son los propios de grandes Metrópolis latinoamericanas, que tienen gestión y operación continua difícil y de alta fragilidad- La heterogeneidad de su estructura social y barrial, le determinan amenazas y riesgos ambientales climáticos muy severos. La macrozona central ofrece severas amenazas asociadas a la Se- quía estructural que ha prevalecido por una década al menos. La alteración climática ha generado una disminución drástica del ré- gimen de lluvias y de deshielos cordilleranos, generando proble- mas graves (y en ocasiones gravísimos) de abastecimiento de agua Inversiones de disipación energética en las quebradas de ciudades de mayor rango, las que han sido asumidas con recursos públicos y cuya aprobación siempre ha sido compleja para obtener rentabili- dad social (como en el caso de Antofagasta), marcan una acción cla- ve a futuro que es necesario complementar y proseguir. Es posible que en otros valles y quebradas tengamos “soluciones técnicas” de encauzamiento de las eventuales riadas más económicas y específi- cas. Toda la infraestructura caminera está en “riesgo permanente” y el país sufre la amenaza constante de fracturarse. El desarrollo productivo minero exportador de alto estándar re- quiere superar la cuestión energética y del Agua. La mezcla de energía solar y agua oceánica está en el corazón estratégico de la Macroregión Norte. Habrá que comprometer más a poderosas alianzas público privadas al efecto y movilizar el conjunto de la fuerza social del Norte en esa dirección. Hay capacidades cons- truidas de investigación universitaria que sostenga esa fuerza de la innovación y los respectivos ajustes tecnológicos. Los valles in- teriores agrarios tienen valores esenciales a preservar y desarrollar a futuro. El turismo es fundamental y también lo es la integración internacional de los diversos ejes viales Atlántico Pacifico. Hay un sello de “conciencia Norte” por clima, poblamiento, mine- ría, bordes costeros, turismo y valles agrícolas valiosos, un sistema de ciudades consolidado y una estructura de servicios con capaci- dades propias. - Existe también, fuerza social de sindicatos y or- ganizaciones mineras, con tradición de lucha, y mucha resiliencia para enfrentar desastres y un empresariado organizado, consciente y comprometido con el desarrollo regional. Todos desafíos comple- jos, pero abordables.

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