Cambio climático y desastres naturales : una perspectiva macroregional
241 rales tener una importancia clave en la solución de muchas tareas indispensables, en asegurar conductas adecuadas y una disciplina rigurosa de los distintos sectores poblacionales. Cada vez más la experiencia internacional recupera la conducta y rol activo de la organizaciones sociales, incluida la población damnificada como factor decisivo de respuestas eficientes en los desastres. Las entida- des no gubernamentales en cada territorio deben aumentar su rol cooperativo entre sí, amplificando sus capacidades de irradiación efectivas. -Varias de estas entidades no gubernamentales, asumen tareas vinculadas a la solidaridad, profesionalizando cada vez más esta actividad y vehiculizando eficazmente este sentir ciudadano con acciones ajustadas a las respectivas urgencias y con una con- vocatoria cada vez más significativa. - Las organizaciones sociales y poblacionales le hacen a la esencia de la sociedad civil, son entidades con vitales roles en el acontecer regional y local. Sindicatos ,asociaciones de vecinos, agrupaciones de adultos mayores, centros juveniles, entidades vecinales de las Iglesias, conjuntos de comerciantes ,artesanos y pequeños talleres productivos y una vasta cantidad de asociaciones culturales y de- portivas, dan cuenta de una sociedad civil activa, particularmente movilizable en torno a los Desastres Naturales. En cada región ad- ministrativa o en las 4 macroregiones propuestas, el exhaustivo y permanente registro de organizaciones sociales, es de vital impor- tancia. La fortaleza social puede marcar las diferencias cualitativas de las respuestas frente a los desastres. Será posible observar con detalle estas capacidades universitarias, no gubernamentales y sociales en cada territorio, y articularlas en- tre sí, como una característica principal de cada Plan de Acción Climático. La articulación de las capacidades regionales universitarias, no gubernamentales y sociales. En cada territorio nacional, y especialmente en la dimensión ma- croregional presentada a lo largo de esta investigación, existen desplegadas capacidades universitarias, no gubernamentales y sociales que deben ser articuladas con urgencia para dotar a cada territorio de una fortaleza en sus recursos humanos profesionales, sus capacidades investigativas y del conocimiento. El conocimien- to exhaustivo y sistemático es condición para enfrentar situaciones de amenazas y desastres. La base de conocimiento científico, en línea de construcción de “escenarios de desastres” debe ser parte de capacidades regionales esenciales. Insistir en ello no es menor, habida cuenta que la tradicional compartimentación y sentido de inadecuada competencia, se expresa también en estas institucio- nes -.Así es que, este conocimiento exhaustivo es bien ejemplifica- do con la planimetría sobre la geografía y sus ecosistemas (espe- cialmente de los más frágiles), su poblamiento y los movimientos migratorios, las diferentes actividades proyectivas del territorio, los sistemas de infraestructura y las capacidades diferenciadas de los establecimientos educativos y de salud. En todas esas materias esenciales, la dimensión macroregional puede suplir la escala de conocimiento y aprovechar óptimamente las capacidades corpo- rativas instaladas. Ello movilizara las obvias acciones de las actua- les regiones administrativas contiguas. También requerimos de la articulación de entidades no guber- namentales cada vez más comprometidas con la temática regio- nal ambiental, la protección de los ecosistemas, la prevención de desastres, la asistencia social y con la inclusión social efectiva. Se movilizan allí crecientes recursos de la sociedad que deben ser ar- ticulados y enlazados para esfuerzos de naturaleza superior. La so- ciedad civil movilizada ha mostrado en los últimos desastres natu-
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