Cambio climático y desastres naturales : una perspectiva macroregional

240 Consideraciones finales Proceso, dada la tradición y la cultura centralista, siempre incierto, riesgoso y vacilante. Porque se requiere de Gobiernos Regionales y Municipios empoderados efectivamente con: capacidades y com- petencias, recursos humanos calificados, con liderazgo y disciplina hacia todos los Ministerios y agencias públicas establecidas en sus respectivos territorios. Esta cuestión es vital, debiese a la brevedad, restituirse la dependencia de las Secretarías Regionales Ministe- riales y directores de servicios públicos con el Gobernador Regio- nal, esto con motivos de facilitar las materias propias y específicas de cada territorio 277 . La mantención de esta dependencia con el delegado presidencial es una anomalía en toda regla, que incluso puede forzar a que los Gobiernos Regionales creasen instituciones regionales paralelas, con un alto costo y de difícil implementación profesional y administrativa. La elección de los Gobernadores Regionales y el próximo deba- te y construcción constitucional abre una perspectiva única para afianzar esquemas institucionales de base territorial más robustos y, por lo tanto, ir avanzando en la idea de Desastres que sean com- petencias efectivas de los Gobiernos Subnacionales. Ello debie- ra redundar en prevenciones más oportunas, tratamiento de las particularidades específicas de cada desastre, la articulación más presta de las agencias públicas en cada localidad. Una economía importante de recursos y compromisos muchos más concretos y específicos con los agentes privados territoriales, una articulación estrecha con FFAA y Policías que manejen y gestionen territorios conocidos. Incluso, sería posible definir “competencias comparti- das” con los entes especializados nacionales, desde las definicio- nes y lineamientos estratégicos frente a los desastres naturales sean nacionales y de dirección única, pero el enfrentamiento será en instancia regional y local. 277 Galilea, Sergio (2019) “Propuestas a la Comisión Especial de Descentraliza- ción” pandemia existe una discusión europea muy atingente, si se com- para la respuesta federativa alemana (muy satisfactoria) en relación con la manera francesa centralista de gestión de esta crisis. El nivel central, debe orientar y ser apoyo eficaz a los territorios afectados por un desastre natural. Esta actitud de servicio, con re- cursos adicionales y clara orientación estratégica, debe expresarse “en cada territorio” con prudencia y consistencia permanente, reconociendo que los Gobiernos o Administraciones regionales y locales “la deben llevar”. Les corresponde la orientación del terri- torio, son las entidades que: deben dirigir, guiar y apoyar a las fami- lias afectadas; velar por la recuperación de las actividades produc- tivas; la mantención del nivel de los servicios públicos y efectuar “en esa instancia” la relación eficiente con las FFAA y privados. Por consecuente, es con los servicios y agencias públicas de cada territorio, es donde el “mando regional concertado con los Muni- cipios” adquiere su despliegue fundamental. Por todo lo anterior, es riesgoso que se siga manteniendo en Chile el concepto de que “la emergencia es del Gobierno Central y del Gobierno Interior”, vieja concepción de un presidencialismo y un centralismo anacrónico, pero sumamente presente. Ello se expresa incluso en la última revisión legal de la ley de Gobierno y Admi- nistración Regional, donde se reservan las materias atingentes a emergencias a la delegación presidencial y no al gobierno regional, un gran anacronismo en relación con las experiencias internacio- nales. Incluso, es más, desde los territorios se clama por la presen- cia presidencial y del nivel central, hasta el límite de paralizar la fuerza institucional regional y municipal a la espera de instruccio- nes, direcciones, recursos y delegaciones centralistas. Existe una clara vinculación de esta acción institucional territorial con los avances del proceso de descentralización en nuestro país.

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