Cambio climático y desastres naturales : una perspectiva macroregional
238 Consideraciones finales el enfrentamiento del Corona Virus. Tenemos que tratarlo con se- riedad, hablamos de una respuesta colectiva en la cual debemos potenciar totalmente muestras capacidades bajo un control y di- rección estratégica única. - En chileno, “nadie se debe llevar la pe- lota para la casa”, esto no es para el “lucimiento y el protagonismo de nadie en particular”. Esto es también, de vida o muerte literal- mente, a lo menos para “una manera de vivir” en el planeta Tie- rra. - Su carácter es “urgente” y se requiere a toda la comunidad científica detrás, con sus dudas y certezas, así también lo público unido y resuelto. Los compromisos de largo aliento de los Gobiernos Regio- nales y Municipios. Gobiernos Regionales y Municipios juegan un rol esencial en el enfrentamiento de cualquier Desastre Natural, desde su eficiente prevención. -El conjunto de los servicios públicos territoriales tiene una cercanía ciudadana habitual, incluyendo sus demandas efec- tivas, las denuncias y las protestas. Al mismo tiempo, suele darse aquí un conocimiento mucho más pormenorizado de los proble- mas, de la práctica histórica respecto de ellos y de las posibilidades y medios con los que se cuenta. “El enfrentamiento de un Desastre, es por sobre todo en el lugar”. Esto implica apostar con fuerza renovada a las entidades subna- cionales, incluyendo ciertamente el agregado macroregional que esta investigación propicia. En el caso chileno, la experiencia es que mientras más fuerte e inédito es el desastre, más centralizada es la respuesta institucional. Existe tras esta convicción centralista, la idea que solo desde el nivel central se puede orientar, mandar, dirigir y controlar. A lo más, se establecen figuras de “delegación presidencial” que son el “non plus” ultra del centralismo y de la desconfianza a las entidades subnacionales. Incluso, en torno a la esencial. No es la “autoridad en sí”, es el ejercicio prudente pero decidido de las autoridades, provistas de legislación de apoyo, de atribuciones y competencias, pero sobre todo de la capacidad de conducir hacia un conjunto de tareas asumidas colectivamente, donde la movilización de cada institución sea fruto del conoci- miento exhaustivo y de la convicción. Y allí es donde la informa- ción, evolución de los fenómenos críticos, capacidades plenamente abordadas y los márgenes de acción precisos de cada cual, sean compartidos eficazmente. Es cierto que esto requiere un nuevo sentido de la “gerencia pública”, provisto adicionalmente de una conducta ética trasparente, de una subordinación de los intereses individuales al bien común, del control eficaz de las capacidades comunicacionales de las entidades y no ”llaneros solitarios” que se roban las cámaras.—Supone también reconocer las dificultades ,socializar las restricciones y trabajar con rigurosidad. De esa uni- dad con convicción emerge la fuerza institucional. Esta idea de lo público “moderno” e “inter agencial” es una no- vedad en Chile, con una institucionalidad atomizada, comparti- mentada y habitualmente competitiva. -Cuando además, respecto de cada tema clave, lo que tenemos es un conjunto extenso, varia- do y complejo de “red de instituciones”, donde incluso llega a ser complejo ordenarlas. En lugar de definir una entidad guía o líder, fusionar, o al menos subordinar el rol de las otras y hacer trabajar al conjunto extenso de la comunidad profesional de todas en pos de los logros comunes. Así, especialistas y agencias internacionales que efectuaron “análisis expertos” desde los aluviones de Atacama a los megaincendios del secano costero sur, destacan las gestiones unificadas de las agencias públicas como la base de la eficiencia relativa que se obtuvo en la gestión de dichas catástrofes. El enfrentamiento reciente de la Pandemia es todo un aprendizaje al efecto, ya que, la crisis ambiental climática tiene similitudes con
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