Cambio climático y desastres naturales : una perspectiva macroregional
21 oportunidad histórica para el país implica avanzar en una Nue- va Constitución que sea por primera vez debatida, redactada y reafirmada por la soberanía popular efectiva. Se trata también de un “momento sociopolítico” prometedor pero acompaña- do de muchas expresiones de violencia y convulsión, donde el crecimiento productivo, el empleo y las actividades económicas enfrentan muy severas restricciones. La sola afirmación preli- minar en estas líneas es que existe una oportunidad para este nuevo orden económico y social, que enfrente las desigualdades socioeconómicas tan estructurales en nuestra sociedad. Es al- tamente probable que de esta “coyuntura histórica” surja un Estado más activo, garante de derechos sociales e interinarte principal en el desarrollo productivo. En dicho contexto, es po- sible “esperar” un sistema más eficaz de protección civil y tam- bién modalidades de gestión más descentralizado de la gestión pública, empresarial y social. Es en ese complejo momento histórico del debate constitucional y de la oportunidad abierta a los Gobiernos Regionales reforza- dos, que se escriben estas notas. En la perspectiva de la elección de Gobernadores Regionales de octubre 2020 la ocasión de es- tas reflexiones es fundamental, a pesar de que la competencia institucional actual sobre emergencias debe ser ejercida por la figura del Delegado Presidencial y no del Gobernador. Toda esta construcción teórica e intelectual se funda en la necesidad urgente de una visión territorial desagregada sobre los desastres del cambio climático. En consecuencia, se hace necesario desde el principio abordar las cuestiones que fundamentan esa hipó- tesis de trabajo. vedad, donde han surgido reivindicaciones muy fuertes por una sociedad más justa y equitativa, menos “desigual y abusiva”. Chile cambió gran parte, en este tiempo, de un sentido común creciente, que reconoce el agotamiento de una envergadura económico social que ha enfrentado desigualdades sociales que deben superarse. Este también denominado “estallido social” ha tenido notable notables expresiones diferenciadas en el te- rritorio. Este verdadero estallido social se ha dado en Santia- go y en el conjunto de los asentamientos humanos de Chile con una convocatoria social enorme, al tiempo que han estado acompañados de episodios muy graves de violencia sin paran- gón anterior. Se fue gestando una crisis estructural nacional de proporciones, que ha derivado en un calendario constitucional impensado hace pocos meses. El país está entrando en un cro- nograma constitucional que, aún con incertidumbres, vislum- bra un “orden institucional, social y político” más abierto a una intervención pública mayor, a un ajuste severo de la economía social de mercado y a prioridades irrenunciables de justicia so- cial, empleo, salarios, pensiones y servicios sociales garantiza- dos. La situación es fluida y compleja, de proyecciones difíciles de configurar. Sin embargo, los objetivos de cambio ya señala- dos, cuentan con un apoyo social y político de amplio aspecto. Aún con todas las incertidumbres de un debate constitucional extenso, y con severos problemas actuales de gobernabilidad, es sorprendente que las encuestas de opinión más confiables, hablar de una esperanza muy mayoritaria por la democracia y su perfeccionamiento social redistributivo, con una eventual economía social de derechos, como ha sido reafirmado en el Plebiscito Constitucional del 25 de Octubre. Este texto también busca contribuir modestamente a dicho de- bate sobre el nuevo orden social y constitucional chileno. Esta
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