Cambio climático y desastres naturales : una perspectiva macroregional

20 Desastres y cambio climático Este texto busca profundizar precisamente en estas particulari- dades macroregionales que se expresan en los distintos riesgos, amenazas, prevenciones y respuestas frente a los desastres cuyo origen principal es la crisis climática producto del calentamien- to global, que en el caso chileno tienen un muy particular ries- go. Aquí la desagregación en grandes territorios (macrozonas o regiones) busca definir una dimensión con identidad y parti- cularidad propias, una similitud problemática y una escala de respuestas que sea eficiente. De paso, se avanza territorialmente respecto de las “regiones institucionales”, en un planteamiento que también se asoma en Europa. (Francia). Las reflexiones y los análisis aquí presentados se dan en un con- texto de razonable expectativa descentralizadora para Chile, donde se ha establecido un avance legislativo no menor para do- tar de mayores competencias, recursos, facultades y capacidades a los Gobiernos Regionales. Incluso es más, a la altura de la pre- sentación de estas notas se habrán realizado las primeras elec- ciones directas de Gobernadores Regionales, lo que abre una oportunidad significativa para el tratamiento “territorialmente diferenciado” de los desastres, su prevención, su enfrentamiento y su acción reconstructiva. Hablamos de una “cierta esperanza” porque se trata de un proceso de alta complejidad, que implica cambios culturales, legales, políticos y organizativos muy signi- ficativos en Chile, los que se resisten bien sistemáticamente. Se trata de un debate y una confrontación paradójica en nuestro país, tan diferenciado territorialmente, pero con una raigambre centralista cultural, política e institucional muy establecida. Adicionalmente, desde el 18 octubre del 2019, Chile vive un escenario sociopolítico crítico, lo que muchos especialistas des- criben como una “ruptura institucional” citar de enorme gra- desagregación zonal nos permitirá “visualizar” de mejor mane- ra “problemas y soluciones” y abrirnos a la tendencia descen- tralización fundamental de la gestión desastres. En los hechos, los desastres asociados al cambio climático tie- nen siempre una expresión territorial específica que los define, los explica, da cuenta de sus desarrollos efectivos y genera res- puestas institucionales y sociales diferentes. Todos los autores relevantes y las aportaciones apreciables sobre estos desastres, privilegian la expresión territorial de ellos y definen unánime- mente que la prevención, las respuestas y la acción reconstruc- tiva se debe dar en cada espacio social y territorial específico. El carácter local del desastre es parte de su esencia. Permitirá apreciar fortalezas y debilidades frente a la catástrofe y ponde- rará más precisamente las respuestas. Ese mismo espacio terri- torial específico será escenario fértil para la acción asociativa pública, privada y social. Ello plantea dificultades estructurales adicionales en la expe- riencia chilena, tan arraigadamente centralista y que habitual- mente rigidiza y dificulta el tratamiento preventivo, la acción directa frente a los desastres, las respuestas asociadas público privadas y las relevantes acciones comprobadas de la sociedad civil organizada en cada territorio. Sobre todo, frente a catás- trofes surge una respuesta chilena esencialmente centralizada y se desprecian las particularidades territoriales y las capacidades institucionales “en el lugar”. De allí nuestra larga trayectoria de “Delegados Presidenciales” en el territorio y no del acuerdo institucional regional propio que recibe apoyo central. Ello en Chile no sólo es propio de la organización gubernamental, por- que en el ámbito privado, la centralización es igual o superior.

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