Arte contemporáneo en Chile : cuaderno pedagígico
Aproximaciones a lo contemporáneo: diálogo entre arte y pedagogía • 19 El conocimiento se expande por el hallazgo de asociaciones que permiten observar, pensar y crear posibilidades no previstas. El arte contemporáneo agrega al discurso de la educación las dimensiones de la metáfora, la poética y el juego. Cada una contribuye a un escenario de creatividad cultural capaz de atravesar a las demás disciplinas del currículum, debido a que la metáfora traslada sentidos, la poética conforma relatos y el juego trasmite símbolos. En buena medida, la educación, incluso la más tradicional, está constituida por esta lógica: sentido, relato y símbolo. En palabras de Ticio Escobar (2004): “el arte contemporáneo es antiformalista. Privilegia el concepto y la narración, en desmedro de los recursos formales” (p. 147). No somos contemporáneos por estar en el aquí y ahora, sino cuando interrogamos su necesidad y proyección. Las concepciones que entendían la enseñanza del arte como una manualidad se han visto superadas por esta perspectiva, debido a que la educación artística entiende las prácticas de la docencia como actos de articulación entre inteligencia y sensibilidad, junto a procesos de comprensión y crítica, que dan origen a artefactos simbólicos que intervienen el tiempo- espacio de la convivencia pedagógica. “En las artes, existen niveles de desarrollo, así como grados de pericia, y éstos debieran formar un telón de fondo para cualquier régimen educativo” (Gardner, 1994, p. 79). El saber derivado de la formación estética no se reduce a una experiencia sensorial o afectiva, sino que, al contrario, activa relaciones entre lo cognitivo, técnico y pragmático, generando opciones de trabajo empírico e intelectual con otras áreas docentes. Esas opciones guardan concordancia con las habilidades exigidas por el currículum cuando logran promover el pensamiento divergente, evitar el cierre prematuro del conocimiento 6 e indagar en la condición situada de cada actor, es decir, relevar la idea de un hacer reflexivo que nace de la mediación y los mecanismos de ayuda ajustados a los intereses reunidos. Las transformaciones indicadas también afectan a artistas y pedagogos/as, les motivan a revisar los modelos y las acciones creadoras, discutir las funciones y protagonismos que les caben en el sistema escolar y a determinar con qué elementos del arte contemporáneo trabajar. El artista tendrá que investigar qué interrelaciones y modalidades de comunicación permiten resituar su función en términos de “activador sociocultural” (Antieza, 2015, p. 183), mientras el educador o la educadora buscará conectar su docencia con otras dimensiones colectivas del arte: el activismo, la reconstrucción social o la interpretación de los objetos culturales desde las lecturas de la comunidad y sus modos de colaboración (Torres de Eça, 2016). Sin embargo: 6. Tendencia a concluir el razonamiento de una situación o problema, a partir de la aceptación de un diagnóstico incompleto o de establecer decisiones basándose en una idea de verdad o experiencia admitida, pero nunca confrontada con otras versiones.
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